Panorama general
El cáncer de pulmón afecta a más de 200,000 estadounidenses cada año. Aunque el cigarrillo es la causa principal, cualquier persona puede desarrollar cáncer de pulmón. El cáncer de pulmón siempre es tratable, sin importar el tamaño, la localización, si se ha diseminado y cuánto se ha extendido.
Acerca de los pulmones
Cuando una persona inhala, los pulmones absorben oxígeno del aire y lo transportan al torrente sanguíneo, desde donde es conducido al resto del cuerpo. A medida que las células del cuerpo usan el oxígeno, liberan dióxido de carbono. El torrente sanguíneo conduce el dióxido de carbono nuevamente a los pulmones, desde donde será eliminado durante la exhalación. Los pulmones contienen muchos tipos diferentes de células. La mayoría de las células del pulmón son células epiteliales. Las células epiteliales recubren las vías respiratorias y producen el moco, que lubrica y protege el pulmón. El pulmón también contiene células nerviosas, células productoras de hormonas, células sanguíneas y células estructurales o de soporte.
Acerca del cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón se origina cuando las células del pulmón cambian y crecen descontroladamente, y forman una masa denominada tumor, lesión o nódulo. Un tumor de pulmón puede comenzar en cualquier lugar del pulmón. El tumor puede ser benigno o canceroso. Una vez que el tumor canceroso de pulmón crece, puede o no desprender células cancerosas. Estas células pueden ser transportadas en la sangre o pueden estar suspendidas en el líquido, denominado linfa, que rodea el tejido pulmonar. La linfa circula por unos tubos denominados vasos linfáticos, que se vacían en estaciones recolectoras, los ganglios linfáticos, órganos diminutos con forma de guisante que ayudan a combatir las infecciones. Los ganglios linfáticos se encuentran en los pulmones, en el centro del tórax y en otras partes del cuerpo. El flujo natural de salida de la linfa de los pulmones es hacia el centro del tórax, lo que explica por qué el cáncer de pulmón generalmente se disemina allí primero. Cuando una célula cancerosa se desplaza hacia un ganglio linfático o hacia una parte distante del cuerpo a través del torrente sanguíneo, se produce lo que se denomina metástasis.
Tipos de cáncer de pulmón
Existen dos tipos principales de cáncer de pulmón: de células no pequeñas y de células pequeñas.
Cáncer de pulmón de células no pequeñas (non-small cell lung cancer, NSCLC)El NSCLC se origina en las células epiteliales y es el tipo más frecuente. El NSCLC también puede describirse en función del tipo de célula epitelial donde el cáncer comienza. El adenocarcinoma comienza en las células que producen moco. El carcinoma escamoso o epidermoide se origina en las células que recubren las vías respiratorias. El carcinoma de células grandes se origina en células que no pertenecen a los dos tipos descritos anteriormente.
Cáncer de pulmón de células pequeñasEl cáncer de pulmón de células pequeñas comienza en las células nerviosas o en las células productoras de hormonas del pulmón. El término “célula pequeña” se refiere al tamaño y la forma de las células cancerosas, según se observan con el microscopio.
Es importante que los médicos distingan el NSCLC del cáncer de pulmón de células pequeñas porque los dos tipos de cáncer, generalmente, reciben un tratamiento diferente. El tipo de cáncer de pulmón, como el NSCLC o el de células pequeñas, y el estadio de la enfermedad determinan el tipo de tratamiento necesario.
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odo el contenido de Cancer.Net™ ha sido elaborado por Cancer.Net Editorial Board y proporcionado a ALIADA bajo licencia de ASCO como una herramienta de educación para el paciente. ALIADA no ha participado en el desarrollo de este contenido. La información incluida y brindada por ASCO no representa una opinión médica ni pretende sustituirla, así como tampoco respalda ningún producto, servicio o empresa. ASCO considera que las decisiones sobre tratamiento deben acordarse entre pacientes y doctores. Los avances en diagnóstico, tratamiento y prevención son constantes. Para más información, visite Cancer.Net (www.cancer.net).
Diagnóstico
Los médicos utilizan muchas pruebas para diagnosticar el cáncer y averiguar si este se ha diseminado desde el pulmón. Algunas pruebas también pueden determinar qué tratamientos pueden ser los más eficaces. Una biopsia es la única forma de realizar un diagnóstico definitivo de cáncer de pulmón. Las pruebas por imágenes se pueden usar para averiguar si el cáncer se ha diseminado, pero nunca se pueden usar solas para diagnosticar el cáncer de pulmón. Esta lista describe opciones para el diagnóstico de este tipo de cáncer, y no todas las pruebas mencionadas se utilizarán para todas las personas. Es posible que el médico considere estos factores al elegir una prueba de diagnóstico:
- Tamaño, localización y tipo de cáncer que se sospecha
- Edad y afección médica
- Signos y síntomas
- Resultados de pruebas anteriores
Además del examen físico, se pueden utilizar las siguientes pruebas para diagnosticar el cáncer de pulmón y determinar su estadio:
Biopsia
Una biopsia es la extirpación de una pequeña cantidad de tejido para su examen con microscopio. En años recientes, los médicos han aprendido que es útil tener una muestra más grande de tumor para determinar el subtipo de NSCLC y realizar pruebas moleculares adicionales. Si no se extirpa una cantidad suficiente del tumor para realizar estas pruebas, posiblemente se necesite otra biopsia. El patólogo analiza la muestra que se extirpó durante la biopsia. Un patólogo es un médico que se especializa en interpretar análisis de laboratorio y evaluar células, tejidos y órganos para diagnosticar enfermedades. Si se encuentran células cancerosas, el patólogo determinará si se trata de un cáncer de pulmón de células pequeñas o de un NSCLC, en función del aspecto que presenten cuando se observen con el microscopio.
Pruebas moleculares del tumor
Es posible que el médico recomiende realizar análisis de laboratorio en una muestra tumoral, a fin de identificar genes específicos, proteínas y otros factores específicos del tumor. En un tumor de pulmón existen diversos genes que pueden modificarse, lo que se denomina mutaciones, las cuales pueden ayudar a que el cáncer crezca y se disemine. Estas mutaciones que se encuentran en el tumor y no en las células normales del cuerpo, por lo que no se heredan ni se transmiten a los hijos. Las mutaciones que se sabe que contribuyen al crecimiento del cáncer generalmente se producen en uno o más de diversos genes, entre ellos el receptor del factor de crecimiento epidérmico (epidermal growth factor receptor, EGFR), el gen ALK, el gen KRAS, el gen BRAF y el receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano (human epidermal growth factor receptor 2, HER2). Los resultados de las pruebas para la detección de estas mutaciones ayudan a decidir si sus opciones de tratamiento incluyen un tipo de tratamiento denominado terapia dirigida, que puede estar dirigida a mutaciones específicas. Es mucho más probable que las mutaciones para las cuales existen las terapias dirigidas se produzcan en pacientes con el tipo adenocarcinoma de cáncer de pulmón y en pacientes que nunca han fumado.
A continuación, se enumeran más procedimientos que los médicos usan para recolectar tejido para el diagnóstico y la determinación del estadio del cáncer de pulmón:
Citología del esputo
Si se sospecha la presencia de cáncer de pulmón, el médico puede pedirle a una persona que expectore para examinar la flema con un microscopio. Un patólogo puede encontrar células cancerosas mezcladas en el moco. No obstante, la citología del esputo proporciona una menor cantidad de tejido que el necesario para diagnosticar completamente el cáncer de pulmón y realizar pruebas moleculares.
Broncoscopia
En este procedimiento, el médico pasa un tubo delgado y flexible con una luz en el extremo a través de la boca o la nariz, a lo largo de la tráquea y dentro de las vías respiratorias de los pulmones. Un cirujano o un neumólogo pueden realizar este procedimiento. Un neumólogo es un médico especialista en el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad pulmonar. El tubo permite que el médico vea el interior de los pulmones. Unos pequeños instrumentos dentro del tubo pueden extraer muestras de tejido o líquido para que el patólogo pueda examinarlas. Los pacientes reciben anestesia leve durante la broncoscopia. La anestesia es un medicamento para bloquear la conciencia del dolor.
Aspiración con aguja/biopsia profunda
Después de anestesiar la piel, un radiólogo especialista, denominado radiólogo intervencionista, extirpa una muestra del tumor de pulmón para realizar pruebas. Esto se puede realizar con una aguja más pequeña o más grande en función del tamaño de la muestra que se necesita. El médico emplea la aguja para extirpar una muestra de tejido a fin de realizar pruebas. A menudo, el radiólogo usa una exploración por CT de tórax o un equipo de rayos X especial denominado fluoroscopio para guiar la aguja. En general, una biopsia profunda proporciona más tejido que una aspiración con aguja, el cual se necesita para el diagnóstico y las pruebas moleculares.
Toracentesis
Después de adormecer la piel del pecho, se inserta una aguja a través de la pared del tórax en el espacio entre el pulmón y la pared torácica donde se puede acumular líquido. Se extirpa el líquido, y luego el patólogo lo examina para detectar la presencia de células cancerosas.
Toracotomía
Este procedimiento se lleva a cabo en un quirófano, y el paciente recibe anestesia general. Un cirujano realiza una incisión en el tórax, examina el pulmón de forma directa y extrae muestras de tejido para analizarlas. La toracotomía es el procedimiento que los cirujanos realizan con mayor frecuencia para extirpar un tumor de pulmón en su totalidad.
Toracoscopia
A través de un pequeño corte en la piel de la pared torácica, un cirujano puede insertar un instrumento especial y una pequeña cámara de video para examinar el interior del pulmón. Los pacientes necesitan anestesia general para este procedimiento, pero el tiempo de recuperación puede ser menor con una toracoscopia debido a que se hacen incisiones más pequeñas. Este procedimiento se puede denominar cirugía toracoscópica videoasistida (video-assisted thoracoscopic surgery, VATS).
Mediastinoscopia
Un cirujano examina y toma una muestra de los ganglios linfáticos ubicados en el centro del tórax debajo del esternón mediante una pequeña incisión en la parte superior del esternón. Este procedimiento también requiere anestesia general y se lleva a cabo en un quirófano.
Aspiración y biopsia de médula ósea
Es una prueba que se usa ocasionalmente para el cáncer de pulmón de células pequeñas. Estos dos procedimientos son similares y a menudo se realizan al mismo tiempo para examinar la médula ósea. La médula ósea tiene una parte sólida y una líquida. En la aspiración de médula ósea, se extirpa una muestra de líquido con una aguja. La biopsia de médula ósea consiste en la extirpación de una pequeña cantidad de tejido sólido con una aguja. Luego, la(s) muestra(s) se analiza(n) por un patólogo. Un lugar frecuente para realizar una aspiración de médula ósea y una biopsia es el hueso pélvico, el cual está ubicado en la región lumbar junto a la cadera. Usualmente, antes de esta intervención, se anestesia la piel de dicha área con medicamentos, y se pueden utilizar otros tipos de anestesia.
Pruebas por imágenes
Además de las biopsias y los procedimientos quirúrgicos, las exploraciones por imágenes son muy importantes para la atención de las personas con cáncer de pulmón. Sin embargo, ninguna prueba es perfecta, y ninguna exploración por imágenes puede diagnosticar el cáncer de pulmón. Solo una biopsia puede hacerlo. Los resultados de las radiografías y las exploraciones de tórax se deben combinar con los antecedentes médicos de la persona, un examen físico, análisis de sangre e información de la biopsia para armar la historia completa respecto de dónde comenzó el cáncer, si se diseminó y hacia dónde lo hizo.
Exploración por CT
Esta prueba produce imágenes que permiten a los médicos ver el tamaño y la localización de un tumor de pulmón y/o las metástasis del cáncer de pulmón. Una exploración por CT crea una imagen tridimensional del interior del cuerpo con un equipo de rayos X. Luego, una computadora combina estas imágenes en una vista detallada de cortes transversales que muestra anomalías o tumores. Una exploración por CT también se puede utilizar para medir el tamaño del tumor. A veces, se administra un tinte especial, llamado medio de contraste, antes de la exploración, a fin de obtener mejores detalles en la imagen. Este tinte se puede inyectar en la vena del paciente o puede ser administrado en forma de pastilla para tragar.
Tomografía por emisión de positrones (positron emission tomography, PET)
La PET es una forma de crear imágenes de los órganos y los tejidos internos del cuerpo. Se inyecta en el cuerpo del paciente una pequeña cantidad de una sustancia azucarada radiactiva. Esta sustancia azucarada es absorbida por las células que usan la mayor cantidad de energía. Debido a que el cáncer tiende a utilizar energía de manera activa, este absorbe una cantidad mayor de la sustancia radiactiva. Luego, un escáner detecta esta sustancia para producir imágenes del interior del cuerpo.
Exploración por imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI)
Esta prueba también produce imágenes que permiten a los médicos la ubicación de un tumor de pulmón y/o las metástasis del cáncer de pulmón, y medir el tamaño del tumor. Las MRI emplean campos magnéticos, en lugar de rayos X, para producir imágenes detalladas del cuerpo. Se administra un tinte especial, llamado medio de contraste, antes de la exploración, a fin de crear una imagen más clara. Este tinte se puede inyectar en la vena del paciente o puede ser administrado en forma de pastilla para tragar. Las exploraciones por MRI no funcionan bien para tomar imágenes de partes del cuerpo en movimiento, como los pulmones, que se mueven con cada respiración. Por ese motivo, la exploración por MRI rara vez se usa para examinar los pulmones. Sin embargo, puede ser útil para detectar el cáncer de pulmón que se ha diseminado al cerebro.
También se dispone de exploraciones que emplean moléculas radiactivas, denominados trazadores, que se inyectan en la sangre para mostrar la posible ubicación del cáncer, por ejemplo:
Gammagrafía ósea
La gammagrafía ósea usa un trazador radiactivo para examinar el interior de los huesos. El trazador se inyecta en la vena del paciente. Se acumula en zonas del hueso y se detecta mediante una cámara especial. Ante la cámara, los huesos sanos aparecen de color gris, y las áreas de lesión, como las que produce el cáncer, aparecen de color oscuro. Las PET han reemplazado a las gammagrafías óseas para averiguar si el cáncer de pulmón se ha diseminado a los huesos.
Después de que se realicen las pruebas de diagnóstico, el médico revisará todos los resultados con usted. Si el diagnóstico es cáncer, estos resultados también ayudarán a que el médico lo describa, lo que se conoce como determinación del estadio.
Determinación del lugar donde se originó el cáncer
El cáncer de pulmón empieza en los pulmones. Muchos otros tipos de cáncer se originan en otra parte del cuerpo y se diseminan hacia los pulmones cuando hacen metástasis. Por ejemplo, el cáncer de mama que se ha diseminado a los pulmones se sigue llamando cáncer de mama. Por lo tanto, para los médicos es importante saber si un cáncer empezó en los pulmones o en otra parte del cuerpo.
Para averiguar dónde se originó el cáncer, el médico tendrá en cuenta los síntomas y antecedentes médicos, examen físico, el aspecto del tumor en las radiografías y las exploraciones, y los factores de riesgo para el cáncer. Un patólogo puede realizar pruebas en la muestra de biopsia para ayudar a averiguar dónde comenzó el cáncer, y el médico puede recomendar otras pruebas para descartar tipos específicos de cáncer. Si después de estas consideraciones, el médico todavía no está seguro de dónde comenzó el cáncer, puede dar un diagnóstico de cáncer metastásico “de tumor primario desconocido”. Casi todos los tratamientos para el cáncer metastásico de tumor primario desconocido que se encuentra por primera vez en el tórax son los mismos que para el cáncer de pulmón metastásico.
Dejar de fumar
Incluso después de que se diagnostique cáncer de pulmón, todavía puede ser beneficioso dejar de fumar cigarrillos. Las personas que dejan de fumar soportan mejor los tratamientos, se sienten mejor, viven más tiempo y tienen un menor riesgo de desarrollar un segundo cáncer de pulmón u otros problemas de salud. Dejar de fumar nunca es fácil y es incluso más difícil cuando se enfrenta el diagnóstico de cáncer de pulmón. Las personas que fuman deben buscar la ayuda de familiares, amigos, programas para dejar de fumar y profesionales de atención de la salud. Ninguno de los productos disponibles para dejar de fumar interfieren con el tratamiento contra el cáncer.
Signos y síntomas
Las personas con cáncer de pulmón pueden experimentar los siguientes síntomas o signos. A veces, las personas con cáncer de pulmón no muestran ninguno de estos síntomas. O bien, estos síntomas pueden producirse por otra afección médica que no sea cáncer.
- Fatiga
- Tos
- Falta de aliento
- Dolor en el tórax, si un tumor se disemina a la membrana que recubre el pulmón o a otras partes del cuerpo cerca de los pulmones
- Pérdida del apetito
- Tos con flema o moco
- Tos con sangre
Si le preocupan uno o más signos o síntomas de esta lista, hable con el médico. El médico le preguntará desde cuándo y con qué frecuencia ha tenido los síntomas, entre otras preguntas. Esto es para averiguar cuál es la causa del problema, es decir, el diagnóstico.
El cáncer de pulmón en personas que no presentan síntomas se puede observar en una radiografía de tórax o una exploración por CT que se realice por algún otro motivo, como para verificar la presencia de una enfermedad cardíaca. En la mayoría de las personas con cáncer de pulmón el diagnóstico se hace cuando el tumor crece, ocupa espacio o comienza a causar problemas con partes del cuerpo cerca de los pulmones. Un tumor de pulmón también puede producir líquido que se puede acumular en el pulmón o en el espacio alrededor de este, o puede empujar el aire fuera de los pulmones y hacer que este colapse. Esto impide que el oxígeno ingrese al cuerpo y que el dióxido de carbono salga del cuerpo al obstaculizar el flujo de aire en los pulmones u ocupar por completo el espacio que normalmente se requiere para que el oxígeno ingrese y el dióxido de carbono salga del pulmón.
Si bien el cáncer de pulmón puede diseminarse a cualquier lugar del cuerpo mediante un proceso denominado metástasis, con mayor frecuencia se disemina a los ganglios linfáticos, otras partes de los pulmones, los huesos, el cerebro, el hígado y las estructuras cercanas a los riñones denominadas glándulas suprarrenales. Las metástasis del cáncer de pulmón puede provocar problemas respiratorios adicionales, dolor en los huesos, dolor abdominal o de espalda, dolor de cabeza, debilidad, convulsiones y/o dificultad para hablar. En raras ocasiones, un tumor de pulmón puede liberar hormonas que causen problemas como la reducción de los niveles de sodio o el aumento de los niveles de calcio en la sangre.
Los síntomas como la fatiga, sentirse raro o no sentirse bien y la pérdida del apetito no necesariamente son provocados por las metástasis. El cáncer en cualquier parte del cuerpo puede provocar que una persona no se sienta bien en general. La pérdida del apetito puede provocar pérdida de peso. La fatiga y la debilidad pueden empeorar aún más la capacidad de una persona para respirar.
Si se diagnostica cáncer, el alivio de los síntomas sigue siendo un aspecto importante de la atención y del tratamiento del cáncer. Esto también puede denominarse manejo de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Asegúrese de hablar con su equipo de atención de la salud sobre los síntomas que experimenta, entre ellos cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.
Estadios
La determinación del estadio es una manera de describir dónde está ubicado el cáncer, si se ha diseminado y hacia dónde, y si ha afectado otras partes del cuerpo. Los médicos usan pruebas de diagnóstico para averiguar el estadio del cáncer, por lo que puede no determinarse el estadio hasta que se hayan realizado todas las pruebas. El conocimiento del estadio ayuda al médico a decidir cuál es el mejor tipo de tratamiento y a predecir el pronóstico de un paciente, el cual es la posibilidad de recuperación. Existen diferentes descripciones de estadios según los distintos tipos de cáncer.
En general, un estadio de número más bajo de cáncer de pulmón se vincula con mejores resultados clínicos. Sin embargo, ningún médico puede predecir cuánto vivirá un paciente con cáncer de pulmón en función solamente del estadio de la enfermedad, ya que este tipo de cáncer es diferente en cada persona, y los tratamientos funcionan de distinta manera para cada tumor.
Agrupación de los estadios del cáncer
El estadio de un cáncer de pulmón de células pequeñas y de células no pequeñas se describe mediante un número, de cero (0) a cuatro (en números romanos, de I a IV). Una forma de determinar el estadio del cáncer de pulmón es averiguar si un cirujano puede extirparlo en su totalidad. Para extirpar completamente el cáncer de pulmón, el cirujano debe extirpar el tumor junto con el tejido pulmonar normal circundante.
Estadio 0
Esto se denomina enfermedad in situ, lo que significa que el cáncer se encuentra “en el lugar” y no ha invadido tejidos cercanos ni se ha diseminado fuera del pulmón.
Estadio I
El cáncer de pulmón en estadio uno (I) es un tumor pequeño que no se ha diseminado a ningún ganglio linfático, lo que hace posible que un cirujano lo extirpe completamente. El estadio I está dividido en dos subestadios, estadio IA o estadio IB, en función del tamaño del tumor. Los tumores más pequeños, como los que tienen menos de 3 centímetros (cm) de ancho, son estadio IA, y los que son ligeramente más grandes, como los que tienen más de 3 cm, pero menos de 5 cm de ancho, son estadio IB.
Estadio II
El cáncer de pulmón en estadio dos (II) se divide en dos subestadios: estadio IIA o IIB. Un cáncer en estadio IIA describe un tumor más grande, de más de 5 cm, pero de menos de 7 cm de ancho, que no se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos, o un tumor pequeño de menos de 5 cm de ancho que se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos.
Un cáncer de pulmón en estadio IIB describe un tumor más grande, de más de 5 cm, pero menos de 7 cm de ancho, que se ha diseminado a los ganglios linfáticos, o un tumor de más de 7 cm de ancho que puede haber invadido o no estructuras cercanas en el pulmón, pero que no se ha diseminado a los ganglios linfáticos.
A veces, los tumores en estadio II se pueden extirpar quirúrgicamente; en otras ocasiones, se necesitan más tratamientos.
Estadio III
Los tipos cáncer de pulmón en estadio tres (III) se clasifican en estadio IIIA o IIIB. En muchos de los tipos de cáncer en estadio IIIA y en casi todos los que están en estadio IIIB, es difícil, y a veces imposible, extirpar el tumor. Por ejemplo, el cáncer de pulmón se puede haber diseminado a los ganglios linfáticos ubicados en el centro del tórax, fuera del pulmón. O bien, el tumor puede haber invadido estructuras cercanas en el pulmón. Cualquiera que sea el caso, es menos probable que el cirujano pueda extirpar todo el cáncer porque la extirpación se debe realizar por partes.
Estadio IV
El estadio cuatro (IV) significa que el cáncer de pulmón se ha diseminado a más de un área en el otro pulmón, al líquido que rodea el pulmón o el corazón, o a partes distantes del cuerpo a través del torrente sanguíneo. Una vez que llega a la sangre, el cáncer se puede diseminar a cualquier parte del cuerpo, pero es más probable que se disemine al cerebro, a los huesos, al hígado y a las glándulas suprarrenales. Se denomina estadio IVA cuando el cáncer se ha diseminado dentro del tórax o IVB cuando se ha diseminado fuera del tórax.
En general, la cirugía no es exitosa para la mayoría de los tipos de cáncer de pulmón en estadio III o IV. El cáncer de pulmón también puede ser imposible de extirpar si se ha diseminado a los ganglios linfáticos que se encuentran encima de la clavícula o si ha crecido hasta afectar estructuras vitales del tórax, como el corazón, los vasos sanguíneos grandes o las vías respiratorias principales que van a los pulmones. El médico le recomendará otras opciones de tratamiento.
Recurrente: Cáncer recurrente es el cáncer que ha reaparecido después del tratamiento. Si se produce una recurrencia, es posible que sea necesario volver a determinar el estadio del cáncer (denominado redeterminación del estadio) mediante el uso del sistema mencionado anteriormente.
Datos utilizados con permiso de la Comisión Conjunta Estadounidense para el Cáncer (American Joint Committee on Cancer, AJCC), Chicago, Illinois. La fuente original de este material es el AJCC Cancer Staging Manual, séptima edición (2010), publicado por Springer-Verlag New York, www.cancerstaging.net.
Pronóstico
El tipo y el estadio del cáncer de pulmón, y la salud general del paciente influyen en el pronóstico. Si bien el cáncer de pulmón se puede tratar en cualquier estadio, solo determinados estadios se pueden curar.
Los médicos miden la resistencia y la salud generales de un paciente mediante un índice denominado estado general. Los pacientes con la fuerza suficiente para desempeñar las actividades cotidianas sin ayuda y trabajar fuera del hogar pueden recibir quimioterapia, radioterapia y/o cirugía de manera segura. El tratamiento puede no resultar tan eficaz para los pacientes que tienen metástasis ósea o hepática debido al cáncer de pulmón, que han perdido mucho peso, que fuman actualmente o que tienen afecciones preexistentes, tales como enfermedad cardíaca o enfisema.
Es importante tener en cuenta que la edad de un paciente nunca ha sido útil para predecir si el paciente se beneficiará con el tratamiento. La edad promedio de los pacientes con cáncer de pulmón en los Estados Unidos es de 71 años. La edad de un paciente nunca se debe usar como el único motivo para decidir qué tratamiento es mejor, en especial, en el caso de los pacientes de más edad que, de otro modo, están en buen estado físico y no tienen otros problemas médicos además del cáncer de pulmón.
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Opciones de tratamiento
Esta sección describe los tratamientos que son el estándar de atención (los mejores tratamientos comprobados disponibles) para este tipo específico de cáncer. Al tomar decisiones relacionadas con el plan de tratamiento, también se aconseja a los pacientes que consideren la opción de participar en estudios clínicos. Un estudio clínico es un estudio de investigación para probar un enfoque nuevo con respecto al tratamiento, a fin de evaluar si este es seguro, eficaz y posiblemente mejor que el tratamiento estándar. Los estudios clínicos pueden probar dichos enfoques, como en el caso de un fármaco nuevo, una combinación nueva de tratamientos estándares o dosis nuevas de terapias actuales. El médico puede ayudarlo a revisar todas las opciones de tratamiento.
Panorama general del tratamiento
Existen cuatro formas básicas de tratar el cáncer de pulmón: cirugía, radioterapia, quimioterapia y terapia dirigida. A continuación se describe cada una de las opciones de tratamiento seguidas de una descripción de los planes de tratamiento frecuentes según el tipo y el estadio del cáncer. Las opciones y recomendaciones de tratamiento dependen de varios factores, entre ellos, el tipo y estadio del cáncer, los efectos secundarios posibles, así como las preferencias del paciente y su estado de salud general. Su plan de atención también puede incluir tratamiento para síntomas y efectos secundarios, una parte importante de la atención del cáncer. Tómese el tiempo para obtener información sobre todas las opciones de tratamiento y asegúrese de hacer preguntas si tiene dudas sobre cosas que no estén claras. Además, hable con el médico acerca de los objetivos de cada tratamiento y lo que puede esperar mientras recibe el tratamiento.
Cirugía
Un oncólogo cirujano es un médico que se especializa en el tratamiento del cáncer mediante la cirugía. En el caso del cáncer de pulmón, un cirujano torácico está especialmente capacitado para realizar cirugías del cáncer de pulmón. El objetivo de la cirugía es la extirpación total del tumor de pulmón y los ganglios linfáticos cercanos del tórax. El tumor se debe extirpar con un borde circundante o margen de tejido pulmonar normal. Un “margen negativo” significa que, cuando el patólogo examina el pulmón o la parte del pulmón extirpada por el cirujano, no se detecta la presencia de cáncer en el tejido sano que rodea el tumor.
Los siguientes tipos de cirugía se pueden usar para el cáncer de pulmón:
Lobectomía: Los pulmones están formados por cinco lóbulos, tres en el pulmón derecho y dos en el izquierdo. Para el NSCLC, la extirpación de un lóbulo del pulmón en su totalidad mediante un procedimiento denominado lobectomía es, generalmente, el tipo de cirugía más eficaz, incluso cuando el tumor de pulmón es muy pequeño.
Segmentectomía: Esta es otra forma de extirpar el cáncer cuando no se puede extirpar un lóbulo del pulmón en su totalidad. En una segmentectomía, el cirujano extirpa la parte del pulmón donde se desarrolló el cáncer.
Neumonectomía: Si el tumor está cerca del centro del tórax, el cirujano quizás deba extirpar el pulmón en su totalidad.
Ablación por radiofrecuencia: La ablación por radiofrecuencia (radiofrequency ablation, RFA) consiste en utilizar una aguja insertada en el tumor para destruir el cáncer con una corriente eléctrica. En ocasiones se utiliza para un tumor de pulmón que no se puede extirpar con los otros tipos de cirugía enumerados anteriormente.
El período de recuperación después de una cirugía de pulmón depende de la cantidad de pulmón que se extirpó y de la salud del paciente antes de la cirugía. Antes de la cirugía, hable con el equipo de atención de la salud sobre qué esperar, incluidos el tiempo de recuperación y los efectos secundarios posibles.
Terapia adyuvanteLa terapia adyuvante es un tratamiento que se brinda después de la cirugía para disminuir el riesgo de que el cáncer de pulmón reaparezca. La terapia adyuvante puede incluir radioterapia, quimioterapia y, posiblemente, terapia dirigida. A continuación se describe cada una de las terapias. Está indicada para eliminar cualquier célula de cáncer de pulmón que todavía esté presente en el cuerpo después de la cirugía. También puede disminuir el riesgo de recurrencia, aunque siempre hay determinado riesgo de que el cáncer reaparezca.
Junto con la determinación del estadio, existen otras herramientas que pueden ayudar a determinar el pronóstico, y ayudarlos a usted y a su médico a tomar decisiones respecto a si la terapia adyuvante sería útil en su tratamiento. El sitio web Adjuvant! Online (www.adjuvantonline.com) es una herramienta a la que el médico puede tener acceso, a fin de interpretar diversos factores que son importantes para tomar decisiones sobre el tratamiento. Este sitio web se debe usar solo con la ayuda de su médico.
Radioterapia
La radioterapia es el uso de rayos X u otras partículas con alta potencia para destruir las células cancerosas. Si necesita recibir radioterapia, se le pedirá que consulte a un especialista conocido como radioncólogo, un médico que se especializa en administrar radioterapia para tratar el cáncer. El tipo más frecuente de tratamiento con radiación se denomina radioterapia de haz externo, el cual consiste en radiación que se aplica desde una máquina externa al cuerpo. Un régimen (programa) de radioterapia generalmente consiste en una cantidad específica de tratamientos que se administran durante un período determinado. Esto puede variar de solo algunos días de tratamiento a varias semanas. Cuando se administra tratamiento con radiación usando implantes, se denomina radioterapia interna o braquiterapia. Sin embargo, la braquiterapia raramente se usa para el cáncer de pulmón.
Al igual que la cirugía, la radioterapia no se puede utilizar para el tratamiento de un cáncer que se ha diseminado. La radiación solo destruye las células cancerosas que se encuentran directamente en el trayecto del haz de radiación. También daña las células normales en su camino; por este motivo, no se puede usar para tratar grandes áreas del cuerpo.
En algunos casos, las exploraciones por CT (consulte Diagnóstico) se usan para planificar exactamente dónde se dirigirá la radiación, a fin de reducir el riesgo de dañar partes sanas del cuerpo. Esto se denomina radioterapia de intensidad modulada (intensity modulated radiation therapy, IMRT) o radioterapia estereotáctica del cuerpo (stereotactic body radiation therapy, SBRT). Esta no es una opción para todos los pacientes, pero puede usarse para pacientes con enfermedad y tumores pequeños en etapa temprana cuando la cirugía no es una opción.
Los pacientes con cáncer de pulmón que reciben radioterapia, generalmente experimentan fatiga y pérdida del apetito. Si se administra radioterapia en el cuello o el centro del tórax, los pacientes también pueden tener dolor de garganta y dificultades para tragar. Los pacientes también pueden observar irritación de la piel, similar a una quemadura solar, donde se aplicó la radiación. La mayoría de los efectos secundarios desaparece poco tiempo después de finalizado el tratamiento.
Si la radioterapia irrita o inflama el pulmón, los pacientes pueden presentar tos, fiebre o disnea durante meses y a veces años después de finalizada la radioterapia. Alrededor del 15 % de los pacientes contraen esta afección, denominada neumonitis relacionada con la radiación. Si es leve, la neumonitis relacionada con la radiación no requiere tratamiento y desaparece por sí sola. Si es severa, un paciente puede requerir tratamiento para neumonitis relacionada con la radiación con esteroides, como la prednisona (diversas marcas comerciales). La radioterapia también puede dejar cicatrices permanentes en el tejido pulmonar cercano al lugar donde se encontraba el tumor original. Usualmente, las cicatrices no provocan síntomas. Sin embargo, las cicatrices severas pueden provocar tos permanente y disnea. Por este motivo, los radioncólogos planifican cuidadosamente los tratamientos usando exploraciones por CT del tórax para reducir la cantidad de tejido pulmonar normal expuesto a la radiación.
Quimioterapia
La quimioterapia es el uso de fármacos para destruir las células cancerosas, generalmente al inhibir su capacidad para crecer y dividirse. Se ha comprobado que mejora tanto la duración como la calidad de vida de las personas con cáncer de pulmón en todos los estadios. La quimioterapia es administrada por un oncólogo clínico, un médico que se especializa en el tratamiento del cáncer con medicamentos.
La quimioterapia sistémica se administra a través del torrente sanguíneo para que alcance las células cancerosas de todo el cuerpo. Las formas frecuentes de administrar la quimioterapia incluyen un tubo que se coloca por vía intravenosa (IV) por medio de una aguja que se inyecta en una vena o la administración mediante una pastilla o cápsula que se traga (por vía oral). La mayoría de la quimioterapia usada para el cáncer de pulmón se administra mediante inyección IV.
Un régimen de quimioterapia generalmente consiste en una cantidad específica de ciclos que se administran en un período determinado. Un paciente puede recibir un fármaco por vez o combinaciones de diferentes fármacos al mismo tiempo. El tipo de cáncer de pulmón que usted tiene (adenocarcinoma o carcinoma de células escamosas) influirá en el tipo de fármacos que se usen para la quimioterapia. Los regímenes quimioterapéuticos más recientes producen menos efectos secundarios y son igual de eficaces que los tratamientos anteriores.
Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen de la persona y de la dosis usada, pero pueden incluir fatiga, riesgo de infección, náuseas y vómitos, caída del cabello, pérdida del apetito y diarrea. Con frecuencia, las náuseas y los vómitos se pueden evitar. Estos efectos secundarios generalmente desaparecen una vez finalizado el tratamiento.
La quimioterapia también puede dañar las células normales del cuerpo, incluidas las células sanguíneas, las células cutáneas y las células nerviosas. Esto puede causar recuentos sanguíneos bajos, mayor riesgo de infección, caída del cabello, llagas en la boca y/o adormecimiento u hormigueo en las manos y los pies. A menudo, el oncólogo clínico puede recetar fármacos para ayudar a aliviar muchos de esos efectos secundarios. Las inyecciones hormonales también se usan para evitar que los recuentos de glóbulos rojos y blancos sean demasiado bajos.
Los medicamentos que se utilizan para tratar el cáncer se evalúan constantemente. A menudo, hablar con el médico es la mejor forma de obtener información sobre los medicamentos que le recetaron, su finalidad y los posibles efectos secundarios o las interacciones con otros medicamentos.
Terapia dirigida
La terapia dirigida es un tratamiento que apunta a los genes o las proteínas específicos del cáncer, o a las condiciones del tejido que contribuyen al crecimiento y la supervivencia del cáncer. Este tipo de tratamiento bloquea el crecimiento y la diseminación de las células cancerosas y, a la vez, limita el daño a las células sanas.
Estudios recientes demuestran que no todos los tumores tienen los mismos objetivos. Para averiguar cuál es el tratamiento más eficaz, el médico puede realizar pruebas a fin de identificar los genes, las proteínas y otros factores en el tumor. En algunos tipos de cáncer de pulmón se encuentran proteínas anormales en cantidades inusualmente grandes en las células cancerosas. La realización de pruebas para encontrar estas proteínas puede ayudar a los médicos a encontrar el tratamiento más eficaz para cada paciente, cuando sea posible. Además, se realizan muchos estudios de investigación para obtener más información sobre objetivos moleculares específicos y tratamientos nuevos dirigidos a ellos.
Para el cáncer de pulmón se pueden utilizar los siguientes tipos de terapia dirigida, particularmente en estudios clínicos. Hable con el médico sobre los posibles efectos secundarios de un medicamento específico y cómo se pueden manejar.
Terapia antiangiogénica: La terapia antiangiogénica tiene como objetivo detener la angiogénesis, que es el proceso de formación de vasos sanguíneos nuevos. Dado que un tumor necesita los nutrientes transportados por los vasos sanguíneos para crecer y diseminarse, el objetivo de las terapias antiangiogénicas es “matar de hambre” al tumor. El bevacizumab (Avastin) es un fármaco antiangiogénico que se administra junto con quimioterapia para el cáncer de pulmón. El riesgo de sangrado grave para los pacientes que reciben bevacizumab es del 2 %, aproximadamente. Sin embargo, es más frecuente en los pacientes con carcinoma de células escamosas, así que el bevacizumab generalmente no se recomienda para pacientes con este tipo de NSCLC.
Fármacos que actúan sobre mutaciones específicas en células cancerosas: Los investigadores han descubierto que los fármacos que bloquean el EGFR pueden ser eficaces para interrumpir o retrasar el crecimiento del cáncer de pulmón.
El erlotinib (Tarceva) es un fármaco que bloquea el EGFR. Este fármaco ha demostrado tener mejores resultados que la quimioterapia si el cáncer de pulmón tiene una mutación en el gen del EGFR. Está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) de los EE. UU. para pacientes con NSCLC localmente avanzado y metastásico, y como terapia de mantenimiento para pacientes con NSCLC que no ha crecido ni se ha diseminado después de, al menos, cuatro ciclos de quimioterapia. Este medicamento es una pastilla que se toma por vía oral. Los efectos secundarios del erlotinib incluyen erupción que parece acné y diarrea.
El gefitinib (Iressa) es otro fármaco que bloquea el EGFR. Este tratamiento solo está disponible en Europa y Asia.
Gilotrif (afatinib) fue aprobado por la FDA en el 2013 como tratamiento inicial para el NSCLC. Es un tipo de fármaco denominado inhibidor de la tirosina cinasa (tyrosine kinase inhibitor, TKI) que actúa al interrumpir el crecimiento celular descontrolado provocado por una mutación en el gen EGFR.
El crizotinib (Xalkori) es otro tipo de terapia dirigida aprobada por la FDA para el NSCLC avanzado que tiene una mutación en el gen ALK.
Combinación de tratamientos
La mayoría de las personas con cáncer de pulmón reciben más de un tipo de tratamiento de más de un especialista. Esto se conoce como enfoque de un equipo multidisciplinario. Por ejemplo, se puede administrar quimioterapia antes o después de la cirugía, o bien antes, durante o después de la radioterapia. Los pacientes deben tener la sensación de que sus médicos tienen un plan organizado de atención y que trabajan entre sí de forma eficaz. Si los pacientes sienten que el cirujano, el radioncólogo y/o el oncólogo clínico no mantienen una comunicación eficaz con ellos o entre sí acerca de los objetivos del tratamiento y el plan de atención, los pacientes deben analizar esto con sus médicos o buscar opiniones adicionales antes del tratamiento.
Cómo obtener atención de los síntomas y efectos secundarios
A menudo, el cáncer y su tratamiento causan efectos secundarios. Además del tratamiento para retardar, detener o eliminar el cáncer, un aspecto importante de la atención del cáncer es aliviar los síntomas y los efectos secundarios de la persona. Este enfoque se denomina cuidados paliativos o atención médica de apoyo, e incluye brindarle apoyo al paciente con sus necesidades físicas, emocionales y sociales.
Los cuidados paliativos pueden ayudar a una persona en cualquier estadio de la enfermedad. A menudo, las personas reciben tratamiento contra el cáncer y tratamiento para aliviar los efectos secundarios al mismo tiempo. De hecho, los pacientes que reciben ambos tratamientos, tienen generalmente síntomas menos severos, mejor calidad de vida e informan que están más satisfechos con el tratamiento.
Los tratamientos paliativos son muy variados y a menudo incluyen medicamentos, cambios nutricionales, técnicas de relajación y otras terapias. Usted también puede recibir tratamientos paliativos similares a los utilizados para eliminar el cáncer, como quimioterapia, cirugía y radioterapia. Hable con el médico sobre los objetivos de cada tratamiento en su plan de tratamiento.
Los siguientes tratamientos se pueden administrar para ayudar a aliviar los síntomas del cáncer de pulmón:
- El tamaño de un tumor de tórax que sangra u obstruye las vías pulmonares se puede reducir mediante radioterapia.
- Durante una broncoscopia (consulte Diagnóstico), las vías pulmonares obstruidas por el cáncer se pueden abrir para mejorar la respiración.
- Un cirujano puede usar un láser para quemar un tumor o colocar un stent para mantener abierta una vía respiratoria.
- Se utilizan medicamentos para tratar el dolor causado por el cáncer. La mayoría de los hospitales y centros oncológicos cuentan con especialistas en el control del dolor que administran analgésicos, incluso para el dolor muy severo provocado por el cáncer. Muchos fármacos que se usan para tratar el dolor causado por el cáncer, en particular la morfina, también pueden aliviar la disnea causada por el cáncer.
- Se pueden utilizar medicamentos para suprimir la tos, abrir las vías respiratorias obstruidas o reducir las secreciones bronquiales.
- La prednisona o la metilprednisolona (varias marcas comerciales) pueden reducir la inflamación causada por el cáncer de pulmón o por la radioterapia, y mejorar la respiración.
- El oxígeno adicional proveniente de pequeños tanques portátiles puede ayudar a compensar la capacidad reducida del pulmón para extraer oxígeno del aire.
- Hay medicamentos están disponibles para fortalecer los huesos, reducir el dolor en los huesos y ayudar a prevenir futuras metástasis óseas.
- Los estimulantes del apetito y los suplementos nutricionales pueden mejorar el apetito y reducir la pérdida de peso.
Antes de comenzar el tratamiento, hable con el equipo de atención de la salud sobre los posibles efectos secundarios de su plan de tratamiento específico y las opciones de atención médica de apoyo. Asimismo, durante el tratamiento y después de este, asegúrese de informar al médico o a otro integrante del equipo de atención de la salud si tiene un problema, de modo que pueda abordarse tan pronto como sea posible.
Tratamiento del NSCLC por estadio
Estadios I y II: En general, el NSCLC en estadio I y el NSCLC en estadio II se tratan con cirugía. Los cirujanos curan muchos pacientes con una operación. Antes o después de la cirugía, se puede derivar al paciente a un oncólogo clínico. Algunos pacientes con tumores grandes o signos de que el tumor se ha diseminado a los ganglios linfáticos pueden beneficiarse con la quimioterapia antes de la cirugía, denominada quimioterapia neoadyuvante o quimioterapia de inducción, o con la quimioterapia adyuvante para reducir las probabilidades de que reaparezca el cáncer. La radioterapia se puede utilizar para tratar y curar un tumor de pulmón cuando no está recomendada la cirugía.
Estadio III: El NSCLC en estadio III se ha diseminado en un grado tal que la cirugía o la radioterapia solas generalmente no suelen ser suficientes para curar la enfermedad en la mayoría de las personas. Los pacientes con enfermedad en estadio III también tienen un riesgo elevado de que reaparezca el cáncer, ya sea en el mismo lugar o en un lugar distante, incluso después de una cirugía o una radioterapia exitosas. Por este motivo, los médicos no suelen recomendar la cirugía inmediata y, en algunos casos, sugieren quimioterapia antes de la cirugía.
Después de la quimioterapia, los pacientes con NSCLC en estadio III aún pueden someterse a cirugía, en especial si la quimioterapia es eficaz en la reducción del tamaño del cáncer. Sin embargo, algunos pacientes con NSCLC en estadio III no reciben cirugía. En su lugar, se les puede administrar una combinación de quimioterapia y radioterapia. La quimioterapia se puede administrar antes de la radioterapia o al mismo tiempo que esta. Este método ha demostrado mejorar la capacidad de la radioterapia para reducir el tamaño del tumor y disminuir el riesgo de que el cáncer reaparezca.
La quimioterapia que se administra al mismo tiempo que la radioterapia es más eficaz que la que se administra antes de la radioterapia, pero provoca más efectos secundarios. Puede suceder que los pacientes que han recibido quimioterapia y radioterapia para la enfermedad en estadio III igual tengan que someterse a una cirugía. Sin embargo, existen debates entre los médicos acerca de si la cirugía es necesaria en los pacientes cuando la radioterapia ha funcionado bien, y si la radioterapia es necesaria en los pacientes cuyo cáncer desaparece después de la quimioterapia.
En la mayoría de los pacientes con NSCLC en estadio III, los tumores no son extirpables, es decir, no se pueden extirpar con cirugía. Tal vez esto se deba a que el cirujano considera que la cirugía sería demasiado riesgosa o que el tumor no se puede extirpar por completo. Para los pacientes con NSCLC no extirpable, que no presentan signos de diseminación del cáncer a sitios distantes o al líquido que rodea el pulmón, aún se puede usar una combinación de quimioterapia y radioterapia para intentar eliminar el cáncer.
NSCLC en estadio IV: Usualmente, los pacientes con NSCLC en estadio IV no reciben cirugía ni radioterapia. En ciertas ocasiones, los médicos pueden recomendar cirugía para una metástasis en el cerebro o en las glándulas suprarrenales si es el único lugar al que el cáncer se ha diseminado. La radioterapia también se puede usar para el tratamiento de una metástasis ubicada en una sola área, como en el cerebro. Sin embargo, los pacientes con la enfermedad en estadio IV se encuentran ante un riesgo muy elevado de que el cáncer se disemine o prolifere en otra localización. La mayoría de los pacientes con NSCLC en este estadio reciben solo quimioterapia.
Los objetivos de la quimioterapia son reducir el tamaño del cáncer, aliviar el malestar provocado por el cáncer, impedir que el cáncer tenga una mayor diseminación y prolongar la vida del paciente. En casos infrecuentes, la quimioterapia puede hacer que el cáncer de pulmón metastásico desaparezca. No obstante, los médicos saben, por experiencia, que el cáncer generalmente reaparecerá. Por lo tanto, los pacientes con enfermedad en estadio IV nunca se consideran “curados” de su cáncer, independientemente de la eficacia de la quimioterapia. A menudo, el tratamiento continúa mientras controle el crecimiento del cáncer. Se ha demostrado que la quimioterapia mejora tanto la duración como la calidad de vida de los pacientes con NSCLC en estadio IV. Si el cáncer empeora o causa demasiados efectos secundarios severos, el tratamiento se puede interrumpir, y los pacientes continuarían recibiendo cuidados paliativos.
Tratamiento del cáncer de pulmón de células pequeñas
Al igual que sucede en el NSCLC, el tratamiento del cáncer de pulmón de células pequeñas depende del estadio. El cáncer de pulmón de células pequeñas se disemina rápidamente, por lo que la quimioterapia es el tratamiento primario para todos los pacientes. Es posible que escuche al médico hablar de estadio limitado, lo que significa que no hay signos de que el cáncer se haya diseminado, o de estadio extenso, lo que significa que el cáncer se ha diseminado, para describir su cáncer de pulmón de células pequeñas.
El régimen de quimioterapia que se usa con mayor frecuencia es etopósido (Toposar, VePesid, Etopophos) más cisplatino (Platinol) o carboplatino (Paraplatin). Para los pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas en estadio limitado se administra quimioterapia más radioterapia en el tórax dos veces al día. Lo más conveniente es administrar radioterapia durante el primer o segundo mes de quimioterapia. Los pacientes con cáncer en estadio extenso reciben quimioterapia durante tres a seis meses.
La cirugía rara vez se emplea para los pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas, y solo se la considera para los pacientes con enfermedad en estadio muy temprano, como cáncer en un nódulo pulmonar pequeño. En esas situaciones, la quimioterapia, con o sin radioterapia, se administra después de la cirugía.
En los pacientes cuyo cáncer se ha reducido en tamaño después de la quimioterapia, la radioterapia en la cabeza reduce el riesgo de que el cáncer se disemine al cerebro. Esto se denomina radiación craneana profiláctica (prophylactic cranial irradiation, PCI) y ha demostrado prolongar la vida de estos pacientes.
Al igual que los pacientes con NSCLC en estadio más avanzado, los pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas en cualquier estadio corren el riesgo de que el cáncer vuelva a aparecer, aun cuando su crecimiento esté controlado. Todos los pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas deben someterse a atención de seguimiento regular con sus médicos, lo que incluye radiografías, exploraciones y controles médicos.
Cáncer de pulmón metastásico
Si el cáncer se ha diseminado a otros lugares del cuerpo, se denomina cáncer metastásico. Se aconseja a los pacientes con este diagnóstico que hablen con médicos experimentados en el tratamiento de este estadio del cáncer, puesto que quizás haya diferentes opiniones respecto del mejor plan de tratamiento. Posiblemente desee buscar una segunda opinión antes de comenzar el tratamiento, a fin de estar tranquilo con el plan de tratamiento elegido. Este debate puede incluir estudios clínicos.
La quimioterapia no es tan eficaz como la radioterapia o la cirugía para tratar el cáncer de pulmón que se ha diseminado al cerebro. Por ello, el cáncer de pulmón que se ha diseminado al cerebro se trata con radioterapia, cirugía o ambas opciones. La mayoría de los pacientes con metástasis cerebrales de un cáncer de pulmón reciben radioterapia que se aplica a todo el cerebro. Esta alternativa puede provocar efectos secundarios como caída del cabello, fatiga y enrojecimiento del cuero cabelludo. En el caso de un tumor pequeño, se puede utilizar un tipo de radioterapia denominada radiocirugía estereotáctica, que concentra la radiación solo en el tumor de cerebro y reduce los efectos secundarios.
La atención médica de apoyo también será importante para ayudar a aliviar los síntomas y los efectos secundarios. La radioterapia o la cirugía también se pueden utilizar para el tratamiento de las metástasis que están causando dolor u otros síntomas. Las metástasis óseas que debilitan huesos importantes se pueden tratar con cirugía, y los huesos se pueden reforzar con implantes metálicos.
Para la mayoría de los pacientes, recibir un diagnóstico de cáncer metastásico es muy estresante y, a veces, difícil de soportar. Se aconseja a los pacientes y a los familiares que hablen acerca de cómo se sienten con los médicos, el personal de enfermería, los trabajadores sociales u otros integrantes del equipo de atención de la salud. También puede ser útil hablar con otros pacientes, incluso a través de un grupo de apoyo.
Remisión y la posibilidad de recurrencia
Una remisión sucede cuando el cáncer no puede detectarse en el cuerpo y no hay síntomas. Esto también puede denominarse “sin evidencia de enfermedad” (no evidence of disease, NED).
Una remisión puede ser temporal o permanente. Esta incertidumbre hace que muchos sobrevivientes se sientan preocupados o ansiosos con respecto a la reaparición del cáncer. Aunque muchas remisiones son permanentes, es importante hablar con el médico sobre la posibilidad de que el cáncer regrese. Comprender el riesgo de recurrencia y las opciones de tratamiento puede ayudar a que se sienta más preparado si, en efecto, el cáncer regresa.
Si el cáncer regresa después del tratamiento original, recibe el nombre de cáncer recurrente. Puede reaparecer en el mismo lugar (recurrencia local), en las cercanías (recurrencia regional) o en otro lugar (recurrencia distante).
Si esto ocurre, comenzará nuevamente un ciclo de pruebas para obtener la mayor cantidad de información posible sobre la recurrencia, incluso saber si el estadio del cáncer ha cambiado. Después de realizadas las pruebas, usted y el médico hablarán sobre las opciones de tratamiento. A menudo, el plan de tratamiento incluirá las terapias descritas anteriormente, como cirugía, quimioterapia y radioterapia, pero quizás se combinen de un modo diferente o se administren con una frecuencia diferente. El médico también puede sugerir estudios clínicos que estudien métodos nuevos para tratar este tipo de cáncer recurrente.
Las personas con cáncer recurrente a menudo sienten emociones como incredulidad o temor. Se aconseja a los pacientes que hablen con el equipo de atención de la salud respecto a estos sentimientos y que consulten acerca de servicios de apoyo que los ayuden a sobrellevar la situación.
Si el tratamiento falla
Recuperarse del cáncer no siempre es posible. Si el tratamiento no es exitoso, la enfermedad puede denominarse cáncer avanzado o terminal.
Para muchas personas, este diagnóstico es estresante y es difícil hablar al respecto. Sin embargo, es importante que mantenga conversaciones abiertas y sinceras con el médico y el equipo de atención de la salud a fin de expresar sus sentimientos, preferencias e inquietudes. La función del equipo de atención de la salud es ayudar, y muchos de sus integrantes tienen habilidades especiales, experiencia y conocimientos para brindar apoyo a los pacientes y los familiares. Asegurarse de que una persona esté físicamente cómoda y que no sienta dolor es extremadamente importante.
Los pacientes con cáncer avanzado y con una expectativa de vida inferior a los seis meses pueden considerar un tipo de cuidados paliativos llamado cuidados para enfermos terminales. Los cuidados para enfermos terminales están pensados para proporcionar la mejor calidad de vida posible para las personas que están cerca de la etapa final de la vida. Se aconseja que usted y su familia piensen dónde estaría más cómodo: en el hogar, en el hospital o en un centro para enfermos terminales. El cuidado de enfermería y los equipos especiales pueden hacer que permanecer en el hogar sea una alternativa factible para muchas familias.
Después de la muerte de un ser querido, muchas personas necesitan apoyo para ayudarlas a sobrellevar la pérdida.
Últimas investigaciones
Los médicos trabajan para obtener más información sobre el cáncer de pulmón, los métodos para prevenirlo, la mejor manera de tratarlo y la forma de brindar la mejor atención a las personas a las que se les diagnosticó esta enfermedad. Las siguientes áreas de investigación pueden incluir opciones nuevas para los pacientes mediante los estudios clínicos. Hable siempre con el médico sobre las mejores opciones de diagnóstico y tratamiento para su caso.
Terapia personalizada
Los investigadores están analizando características específicas de los tumores de pulmón que pueden predecir si una quimioterapia o una terapia dirigida específicas pueden ser eficaces. Para recopilar esta información, se pedirá cada vez más a los pacientes que se hagan análisis adicionales de las muestras de tumor tomadas cuando se diagnosticó por primera vez la enfermedad. En muchos pacientes para los que se recomienda quimioterapia, la cantidad de tejido tumoral que se extirpa durante la biopsia para diagnosticar el cáncer no es suficiente para estos estudios adicionales. Es posible que se les pida a esos pacientes la realización de otra biopsia para ayudar a planificar el tratamiento y, si forman parte de un estudio clínico, para ayudar a los investigadores a encontrar mejores formas de tratar el cáncer de pulmón.
Inmunoterapia
La inmunoterapia, también llamada terapia biológica, está diseñada para estimular las defensas naturales del cuerpo a fin de combatir el cáncer. Utiliza materiales producidos por el cuerpo o fabricados en un laboratorio para mejorar, identificar o restaurar la función del sistema inmunitario. Por ejemplo, la vía de muerte programada-1 (programmed death-1, PD-1) puede ser crítica para la capacidad del sistema inmunitario de controlar el crecimiento del cáncer. Bloquear esta vía con anticuerpos contra la PD-1 y el ligando de muerte programada-1 (programmed death-ligand 1, PD-L1) ha interrumpido o retrasado el crecimiento del NSCLC para algunos pacientes. Estos resultados conllevan a más investigaciones acerca del uso de esta vía para ayudar al sistema inmunitario a controlar el crecimiento del cáncer de pulmón.
Mejores técnicas para cirugía y radioterapia
Los médicos están descubriendo maneras para mejorar la eficacia de la cirugía y la radioterapia, y, a la vez, reducir los efectos secundarios de estos procedimientos. Por ejemplo, en un estudio actual se compara la extirpación del cáncer y el tejido pulmonar cercano con una lobectomía para el NSCLC en estadio temprano. En otros estudios, se evalúa la cirugía toracoscópica videoasistida (VATS), que permite que la cirugía se haga a través de orificios más pequeños en el tórax, y la radioterapia estereotáctica, que se usa para dirigir la radiación de forma más directa hacia el cáncer y evitar el tejido sano. Los avances en todos los tipos de tratamiento ampliarán la capacidad de los médicos para combinar la quimioterapia con la radioterapia y la cirugía en el tratamiento de todos los estadios del cáncer de pulmón.
Métodos avanzados de detección
El cáncer de pulmón se trata con más éxito en los estadios tempranos, lo que ha suscitado interés en examinar pacientes para detectar el cáncer de pulmón antes de que este produzca síntomas. Actualmente, se evalúan avances en las técnicas de diagnóstico por imágenes, como las exploraciones por CT helicoidal de dosis bajas, que tal vez ayuden a encontrar mejores maneras de diagnosticar el cáncer de pulmón de forma temprana. En el futuro, las características moleculares de la sangre o del esputo pueden sugerir la presencia de cáncer de pulmón antes de que se lo pueda observar en una exploración por CT. También se investigan las pruebas genéticas a fin de obtener información sobre qué personas tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
Interrupción del consumo de tabaco
Aun si se utilizan los mejores métodos de detección temprana y tratamiento del cáncer de pulmón, la mejor forma de salvar vidas amenazadas por la enfermedad es mediante programas para dejar de fumar. Para la mayoría de las personas, el cáncer de pulmón es una enfermedad altamente evitable. Incluso para las personas que padecen la enfermedad, dejar de fumar les permite vivir más, reduce los efectos secundarios y disminuye la probabilidad de desarrollar un segundo cáncer de pulmón. Dejar de fumar es difícil en cualquier momento, y mucho más durante un tratamiento contra el cáncer. El equipo de atención de la salud le puede facilitar la tarea con técnicas como la sustitución de la nicotina, entre otras. Se siguen investigando formas nuevas de ayudar a las personas a dejar de fumar.
Atención médica de apoyo
Se están realizando estudios clínicos para encontrar mejores métodos para reducir los síntomas y los efectos secundarios de los tratamientos actuales contra el cáncer de pulmón, a fin de mejorar el bienestar y la calidad de vida de los pacientes.
All content from Cancer.Net™ was developed by the Cancer.Net Editorial Board. The content is hosted by licensee with permission as apatient education tool. No sponsor of licensee’s site was involved in the development of the content. Information in ASCO’s patient education materials is not intended as medical advice or as a substitute for medical advice; nor does it imply ASCO endorsement of any product, service, or company. ASCO believes that all treatment decisions should be made between patients and their doctors. Advances in the diagnosis, treatment, and prevention of cancer occur regularly. For more information, visit Cancer.Net (www.cancer.net).
Todo el contenido de Cancer.Net™ ha sido elaborado por Cancer.Net Editorial Board y proporcionado a ALIADA bajo licencia de ASCO como una herramienta de educación para el paciente. ALIADA no ha participado en el desarrollo de este contenido. La información incluida y brindada por ASCO no representa una opinión médica ni pretende sustituirla, así como tampoco respalda ningún producto, servicio o empresa. ASCO considera que las decisiones sobre tratamiento deben acordarse entre pacientes y doctores. Los avances en diagnóstico, tratamiento y prevención son constantes. Para más información, visite Cancer.Net (www.cancer.net).
Después del tratamiento
Cada año, decenas de miles de personas se curan del cáncer de pulmón en los Estados Unidos. Una vez finalizado el tratamiento contra el cáncer de pulmón, el médico elaborará un programa de pruebas y visitas para monitorear su recuperación y verificar que el cáncer no haya reaparecido. Este plan puede incluir pruebas médicas y/o exámenes físicos regulares. Durante este período, informe al médico o enfermero sobre cualquier problema nuevo que se prolongue por más de dos semanas.
Es posible que las personas tratadas por cáncer de pulmón sigan teniendo efectos secundarios, incluso una vez finalizado el tratamiento. Los problemas frecuentes posteriores al tratamiento incluyen dolor, fatiga y disnea. Los sentimientos de depresión y ansiedad también pueden continuar después del tratamiento, y es muy frecuente el temor a la recurrencia del cáncer. A menudo las personas sienten que tienen menos apoyo después de finalizar el tratamiento y que reciben menos asistencia de parte de los médicos y enfermeros, y de otros programas, como los grupos de apoyo. El médico, enfermero y trabajador social pueden ayudarlo a elaborar un plan para controlar cualquier problema que persista después del tratamiento.
Nada ayuda más a la recuperación que dejar de fumar. Hay muchas herramientas y métodos disponibles. Asegúrese de obtener ayuda de su familia, amigos, enfermeros y médicos; es difícil dejar el hábito sin ayuda.
Las personas que padecen cáncer de pulmón tienen un mayor riesgo de desarrollar un segundo cáncer de pulmón. El médico recomendará exploraciones para monitorear si hay recurrencia, de forma tal que se pueda detectar la aparición de un cáncer nuevo tan pronto como sea posible.
Se aconseja a las personas en recuperación de cáncer de pulmón que sigan las pautas establecidas para una buena salud, entre ellas, mantener un peso saludable, no fumar, mantener una alimentación equilibrada y realizarse las pruebas de detección para el cáncer recomendadas. Los sobrevivientes de cáncer de pulmón que han fumado cigarrillos en el pasado también tienen un riesgo elevado de tener enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, enfisema y bronquitis crónica. Algunos tratamientos contra el cáncer pueden aumentar aún más estos riesgos. Incluso para aquellos que no fuman, elegir un estilo de vida saludable después del cáncer es importante para el bienestar general.
Muchos pacientes se preguntan si determinados alimentos o nutrientes pueden ayudar a evitar el empeoramiento o la recurrencia del cáncer. Es importante recordar que se han estudiado muchos alimentos y nutrientes diferentes durante mucho tiempo, pero es difícil descubrir un vínculo específico entre un alimento y el cáncer.
El ejercicio físico moderado puede ayudarlo a recobrar las fuerzas y la energía. Es recomendable que los pacientes en recuperación, incluso los que usan fuentes de oxígeno, caminen durante 15 a 30 minutos todos los días para mejorar la función cardíaca y pulmonar. El médico puede ayudarlo a diseñar un plan de ejercicios adecuado en función de sus necesidades, sus aptitudes físicas y su estado físico.
Cómo sobrellevar los efectos secundarios
El temor a los efectos secundarios del tratamiento es frecuente después de un diagnóstico de cáncer, pero puede ser útil saber que la prevención y el control de los efectos secundarios es uno de los principales objetivos de su equipo de atención de la salud. Esto se denomina cuidados paliativos o atención médica de apoyo y es una parte importante del plan de tratamiento integral, independientemente del estadio de la enfermedad.
Los efectos secundarios pueden variar para cada persona con cáncer de pulmón y dependen de una variedad de factores, incluido el estadio del cáncer, la duración y la dosificación del (de los) tratamiento(s), y la salud general.
Antes de comenzar el tratamiento, hable con el médico sobre los posibles efectos secundarios de cada tipo de tratamiento que recibirá. Pregunte qué efectos secundarios es más probable que se manifiesten, cuándo es probable que ocurran y qué se puede hacer para evitarlos o aliviarlos. Además, pregunte sobre el nivel de cuidado que usted puede necesitar durante el tratamiento y la recuperación, ya que los familiares y amigos suelen desempeñar un papel importante en el cuidado de una persona con cáncer de pulmón.
Además de los efectos secundarios físicos, es posible que también se produzcan efectos emocionales y sociales. Se aconseja a los pacientes y los familiares que compartan sus sentimientos con un integrante del equipo de atención de la salud, quien puede ayudar con las estrategias para sobrellevar el cáncer, incluidas las inquietudes sobre el manejo de los costos de la atención del cáncer.
Durante el tratamiento y después de este, asegúrese de informar al equipo de atención de la salud sobre los efectos secundarios que experimenta, aun cuando crea que no son graves. Su médico puede trabajar con usted para vigilar la aparición de efectos secundarios y hacer cambios en el tratamiento, según sea necesario, para aliviar esos efectos secundarios. A veces, los efectos secundarios pueden durar más allá del período de tratamiento, lo que se denomina efecto secundario a largo plazo. Un efecto secundario que sucede meses o años después del tratamiento se denomina efecto tardío. El tratamiento de ambos tipos de efectos es un aspecto importante de la atención para sobrevivientes.
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Factores de riesgos y prevención
Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta la probabilidad de que una persona desarrolle cáncer. Si bien, a menudo los factores de riesgo influyen en el desarrollo del cáncer, la mayoría no provoca cáncer de forma directa. Algunas personas que tienen varios factores de riesgo nunca desarrollan cáncer, mientras que sí lo desarrollan otras personas sin factores de riesgo conocidos. Sin embargo, el hecho de conocer los factores de riesgo y hablar con el médico al respecto puede ayudarlo a tomar decisiones más informadas sobre el estilo de vida y la atención de la salud. La mayoría de los casos de cáncer de pulmón se producen en personas que fuman o que han fumado en el pasado. No obstante, las personas que no fuman también pueden desarrollar cáncer de pulmón, por lo que es importante que todas las personas obtengan información sobre los factores de riesgo y los signos y síntomas del cáncer de pulmón.
Los siguientes factores pueden elevar el riesgo que tiene una persona de desarrollar cáncer de pulmón:
Tabaco
El humo de tabaco daña las células de los pulmones, lo que las hace crecer de manera anormal. El riesgo de que el tabaquismo produzca cáncer es mayor para las personas que fuman mucho y/o lo hacen durante mucho tiempo. La exposición regular al humo de cigarrillos, cigarros o pipas de otra persona puede aumentar el riesgo de que una persona desarrolle cáncer de pulmón, incluso si esa persona no fuma. Esto se denomina humo de tabaco ambiental o “de segunda mano”.
Amianto
Son cristales semejantes al cabello que se encuentran en muchos tipos de roca y que a menudo se utilizan como aislante ignífugo en construcciones. Las fibras de amianto pueden irritar los pulmones si se inhalan. Numerosos estudios muestran que la combinación de la exposición al humo del tabaco y al amianto es particularmente peligrosa. Las personas que trabajan con amianto en situaciones como la construcción naval, la minería de amianto, el aislamiento o la reparación de frenos automotores y que fuman tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. El uso de equipos de protección para respirar reduce este riesgo.
Radón
Este es un gas invisible e inodoro presente de forma natural en determinados suelos y rocas. La exposición al radón se ha asociado con un aumento del riesgo de determinados tipos de cáncer, incluido el cáncer de pulmón. La mayoría de las ferreterías tienen equipos que miden los niveles de radón domésticos, y se pueden ventilar los sótanos para reducir la exposición a este gas.
Prevención
La investigación continúa en la búsqueda de los factores que provocan el cáncer de pulmón y qué es lo que las personas pueden hacer para reducir el riesgo personal. No existe una forma comprobada de prevenir por completo el cáncer de pulmón, pero existen medidas que puede tomar para reducir el riesgo. Hable con el médico si le preocupa su riesgo personal de desarrollar cáncer de pulmón.
La forma más importante de prevenir el cáncer de pulmón es evitar el humo de tabaco. Las personas que nunca fuman tienen el nivel de riesgo más bajo de desarrollar cáncer de pulmón. Las personas que fuman pueden reducir el riesgo de tener de cáncer de pulmón dejando de fumar, pero el riesgo de tener cáncer de pulmón seguirá siendo mayor que el de las personas que nunca fumaron. Los intentos de prevenir el cáncer de pulmón con vitaminas u otros tratamientos no han dado resultado. Por ejemplo, se ha evaluado el betacaroteno, un fármaco relacionado con la vitamina A, para la prevención del cáncer de pulmón. Este no redujo el riesgo de cáncer. De hecho, en las personas que siguieron fumando, el betacaroteno aumentó el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
Detección
En función de los resultados del National Lung Screening Trial (Estudio Nacional de Detección Pulmonar), diversos grupos, incluida la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (American Society of Clinical Oncology, ASCO), han desarrollado recomendaciones para la detección del cáncer de pulmón con una prueba denominada exploración por tomografía computada (computed tomography, CT o CAT) helicoidal o espiral de dosis bajas. Una exploración por CT crea una imagen tridimensional del interior del cuerpo con un equipo de rayos X. Luego, una computadora combina estas imágenes en una vista detallada de cortes transversales que muestra anomalías o tumores.
No se recomiendan las exploraciones por CT para todas las personas que fuman. Las recomendaciones actuales se analizan a continuación.
El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos (United States Preventive Services Task Force) recomienda que las personas de 55 a 80 años que hayan fumado 30 años-paquete o más o que hayan dejado de fumar en el término de los últimos 15 años se sometan a pruebas de detección del cáncer de pulmón mediante exploraciones por CT de dosis bajas cada año; las exploraciones pueden interrumpirse después de que una persona no haya fumado durante 15 años o desarrolle un problema de salud que le acorte la vida o evite que pueda someterse a cirugía por cáncer de pulmón. Un año-paquete equivale a fumar 20 cigarrillos (1 paquete) al día cada año, alrededor de 7,305 cigarrillos por año.
La ASCO recomienda los siguientes programas de detección del cáncer de pulmón para personas que actualmente fuman o que han dejado de fumar:
- Se recomienda una detección anual con una exploración por CT con dosis bajas en lugar de una detección con una radiografía de tórax o la no detección para personas de 55 a 74 años que hayan fumado 30 años-paquete o más o que hayan dejado de fumar en el término de los últimos 15 años.
- No se recomienda la detección por CT para personas que hayan fumado menos de 30 años-paquete, tengan menos de 55 años o más de 74, hayan dejado de fumar más de 15 años atrás o tengan una afección grave que podría afectar el tratamiento contra el cáncer o acortar la vida de la persona.
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