Biblioteca del Cáncer

Cáncer de hígado

Panorama general

Acerca del hígado

El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo, y sus funciones son vitales para la digestión de los alimentos. El ser humano no puede vivir sin hígado. Las funciones del hígado incluyen:

  • La recolección y el filtrado de la sangre proveniente de los intestinos.
  • El procesamiento y almacenamiento de los nutrientes necesarios que absorben los intestinos.
  • La transformación química (metabolización) de algunos nutrientes en energía o para la reparación y formación de tejidos.
  • La producción de algunos de los factores de la coagulación sanguínea.
  • La eliminación de toxinas del organismo.
  • La participación en el mantenimiento del nivel de azúcar adecuado en el cuerpo.

Tipos de cáncer de hígado

Tipo de cáncer Descripción Frecuencia
Carcinoma hepatocelular (HCC) El carcinoma hepatocelular puede tener diferentes patrones de crecimiento. Algunos diseminan crecimientos en forma de tentáculos por el hígado. Este patrón es el más frecuente en los Estados Unidos. Algunos comienzan como un solo tumor que se disemina a otras áreas del hígado, a medida que la enfermedad se desarrolla. Otros se desarrollan como nódulos en varios lugares diferentes del hígado. En ocasiones, el patrón no es claro. Aproximadamente el 80% de los casos de cáncer primario de hígado en adultos son carcinomas hepatocelulares.
Colangiocarcinoma (también denominado cáncer del conducto biliar) Los colangiocarcinomas crecen a partir de células del conducto biliar del hígado. El conducto biliar es un tubo delgado que se extiende desde el hígado hasta el intestino delgado. El conducto biliar comienza en el interior del hígado como varios tubos más pequeños que se unen. Aproximadamente entre el 10% y el 20% de los casos de cáncer primario de hígado en adultos son colangiocarcinomas.
Angiosarcoma El angiosarcoma comienza en los vasos sanguíneos del hígado y crece rápidamente. Aproximadamente el 1% de los casos de cáncer primario de hígado en adultos son angiosarcomas.

El cáncer se origina cuando las células normales cambian y crecen sin control, y forman una masa llamada tumor. Un tumor puede ser benigno o canceroso. Un tumor canceroso es maligno, lo cual significa que puede diseminarse a otras partes del cuerpo. Un tumor benigno significa que el tumor no se diseminará.

El cáncer primario de hígado es un cáncer que se origina en el hígado. Es más frecuente que el hígado sea el lugar de metástasis (diseminación) de un cáncer que comenzó en otro lugar, como el cáncer de páncreas, colon, estómago, mama o pulmón. Sin embargo, estos no son cáncer primario de hígado.

Esta sección abarca solo el cáncer primario de hígado en adultos. Los subtipos de cáncer primario de hígado en adultos reciben su nombre según el tipo de células a partir de las cuales se desarrollan. Estos subtipos se describen a continuación.

Tipos de cáncer primario de hígado en adultos

El resto de esta sección analiza el tipo más frecuente de cáncer primario de hígado en adultos, el carcinoma hepatocelular (hepatocellular carcinoma, HCC).

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Diagnóstico

Los médicos utilizan muchas pruebas para diagnosticar el cáncer y determinar si se ha diseminado a otras partes del cuerpo, lo que se conoce como metástasis. Algunas pruebas también pueden determinar qué tratamientos pueden ser los más eficaces. Es posible que su médico considere estos factores al elegir una prueba de diagnóstico:

  • Edad y afección médica
  • Tipo de cáncer que se sospecha
  • Signos y síntomas
  • Resultados de pruebas anteriores

Se pueden utilizar las siguientes pruebas para diagnosticar HCC. Esta lista describe opciones para el diagnóstico de este tipo de cáncer, pero no todas las pruebas mencionadas se utilizarán para todas las personas.

Examen físico

Si una persona tiene síntomas de HCC, el médico palpará el abdomen para detectar la presencia de nódulos, hinchazón u otros cambios en el hígado, el bazo y otros órganos cercanos. El médico también buscará una acumulación irregular de líquido en el abdomen y signos de ictericia, lo que incluye color amarillento en la piel y en las membranas blanquecinas de los ojos.

Análisis de sangre

Al mismo tiempo que el examen físico, el médico muy probablemente realizará un análisis de sangre para buscar una sustancia denominada alfa-fetoproteína (AFP). En los Estados Unidos, la AFP se encuentra en niveles elevados en la sangre de aproximadamente el 50% al 70% de las personas con HCC. El médico también analizará la sangre del paciente para determinar si tiene hepatitis B o C. Otros análisis de sangre pueden mostrar el estado de funcionamiento del hígado.

Además, generalmente se necesitan otras pruebas para diagnosticar el HCC, localizar el tumor en el hígado y determinar si este se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Una vez realizados el examen físico y los análisis de sangre, el médico puede recomendar una o más de las siguientes pruebas:

Ultrasonido

El ultrasonido utiliza ondas de sonido para crear una imagen de los órganos internos. Las ondas de sonido rebotan contra el hígado, otros órganos y los tumores. Cada onda crea una imagen diferente en un monitor de computadora.

Tomografía computarizada o tomografía axial computarizada (TC o TAC)

Una TC crea una imagen tridimensional del interior del cuerpo con una máquina tomar radiografías. Luego, una computadora combina estas imágenes en una vista detallada de cortes transversales que muestra anomalías o tumores. A veces, se administra un tinte especial, llamado medio de contraste, antes de la prueba, para obtener mejores detalles en la imagen. Este tinte se puede inyectar en la vena del paciente o puede ser administrado en forma de comprimido para tragar. Con frecuencia, el HCC se puede diagnosticar en función de características específicas del cáncer que se observan en una tomografía computarizada. Esto ayuda a que los pacientes eviten someterse a una biopsia de hígado (consulte más abajo). Una tomografía computarizada (TC) también se puede utilizar para medir el tamaño del tumor.

Resonancia magnética (RM)

La RM utiliza campos magnéticos, en lugar de radiografías, para producir imágenes detalladas del cuerpo. También se puede utilizar una RM para medir el tamaño del tumor. Se administra un tinte especial, llamado medio de contraste, antes de la prueba, para crear una imagen más clara. Este tinte se puede inyectar en la vena del paciente o puede ser administrado en forma de comprimido para tragar.

Angiograma

El angiograma es una imagen por radiografía de los vasos sanguíneos. Se inyecta un medio de contraste en el torrente sanguíneo para que los vasos sanguíneos del hígado aparezcan en una radiografía.

Laparoscopia

Esta prueba permite que el médico observe el interior del cuerpo con un tubo delgado, flexible e iluminado denominado laparoscopio. Se seda a la persona mientras se inserta el tubo a través de una pequeña incisión en el abdomen. También se utiliza anestesia local para adormecer la zona.

Biopsia

Una biopsia es la extracción de una pequeña cantidad de tejido para su examen con microscopio. El patólogo analiza la muestra que se extrajo durante la biopsia. Un patólogo es un médico que se especializa en interpretar análisis de laboratorio y evaluar células, tejidos y órganos para diagnosticar enfermedades.

El tipo de biopsia que se realiza dependerá de la ubicación del cáncer. La biopsia puede hacerse durante una laparoscopia, por aspiración con aguja fina o mediante una biopsia profunda. Durante una aspiración con aguja fina, las células se extraen con una aguja fina que se inserta directamente en el tumor. Una biopsia profunda usa una aguja más gruesa. Cualquiera de los dos procedimientos es realizado por un radiólogo que utiliza el ultrasonido para que lo guíe a la parte específica del hígado donde se encuentra el tumor. El procedimiento de la biopsia en sí suele durar menos de un minuto. Normalmente, no es doloroso, y pocas personas presentan complicaciones a causa de este.

Antes de la biopsia, su médico le realizará análisis de sangre para asegurarse de que esta coagula con normalidad, a fin de reducir el riesgo de sangrado después del procedimiento. En ocasiones, su médico puede realizar una laparoscopia y una biopsia para examinar la parte del hígado no cancerosa y averiguar si usted tiene cirrosis, lo que ayudará a determinar las mejores opciones de tratamiento.

Cuando un análisis de sangre de AFP indica claramente la presencia de HCC y los resultados de otras pruebas son típicos del HCC, quizás no sea necesario realizar una biopsia. Además, la mayoría de los cirujanos recomendarán que se realice una biopsia durante la cirugía si se extirpa la totalidad o parte del hígado, en lugar de un procedimiento aparte antes del procedimiento quirúrgico.

También es importante destacar que, con los métodos de estudios por imágenes más recientes, es más fácil encontrar masas muy pequeñas. Sin embargo, no siempre es posible identificar qué es una masa muy pequeña y si es cáncer. En estos casos, particularmente cuando la masa mide un centímetro o menos de tamaño, el médico puede recomendar el enfoque de “supervisión y espera”, también llamado vigilancia activa y espera vigilante. Esto significa que los estudios por imágenes se repiten en un lapso de tres a seis meses. Si el último estudio por imágenes muestra que el tamaño no ha cambiado, se continúa con el método de vigilancia. Pero si crece, entonces el médico hará una biopsia.

Pruebas moleculares del tumor

Es posible que su médico recomiende realizar pruebas de laboratorio en una muestra tumoral, a fin de identificar genes específicos, proteínas y otros factores específicos del tumor. Los resultados de estos análisis ayudarán a decidir si sus opciones de tratamiento incluyen un tipo de tratamiento denominado terapia dirigida (consulte la sección Tratamiento).

Después de que se realicen las pruebas de diagnóstico, su médico revisará todos los resultados con usted. Si el diagnóstico es cáncer, estos resultados también ayudarán a que el médico lo describa, lo que se conoce como estadificación.

Signos y síntomas

Es posible que las personas con HCC no experimenten síntomas, particularmente, cuando el tumor se detecta en forma temprana como parte de un programa de detección. Cuando se presentan síntomas o signos, estos incluyen:

  • Dolor, especialmente en la parte superior derecha del área abdominal, cerca del omóplato derecho o en la espalda.
  • Pérdida de peso sin razón aparente
  • Nódulo duro debajo de las costillas sobre el lado derecho del cuerpo que podría ser el tumor o un signo de que el hígado ha aumentado de tamaño.
  • Debilidad o fatiga.

Cuando se diagnostica el HCC, algunas personas ya sabrán que tienen cirrosis y estarán recibiendo cuidados de un médico. La cirrosis, más que el tumor, puede causar algunos de los síntomas que presentan los pacientes con HCC. Estos incluyen hinchazón abdominal por ascitis (acumulación de líquido) y necesidad de cantidades cada vez mayores de diuréticos (pastillas de agua) para controlar la acumulación de líquidos. La encefalopatía hepática (confusión mental) y el sangrado del esófago o el estómago, o el empeoramiento del estado de salud también pueden indicar la presencia de cáncer.

Si le preocupa uno o más signos o síntomas de esta lista, hable con su médico. Su médico le preguntará desde cuándo y con qué frecuencia ha estado teniendo los síntomas, entre otras preguntas. Esto es para averiguar cuál es la causa del problema, es decir, el diagnóstico.

Si se diagnostica cáncer, el alivio de los síntomas sigue siendo un aspecto importante de la atención y del tratamiento del cáncer. Esto también puede denominarse manejo de los síntomas, cuidados paliativos o atención de apoyo. Asegúrese de hablar con su equipo de atención médica sobre los síntomas que experimenta, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.

Estadios

Hay dos tipos de cáncer de hígado: primario y metastásico. El cáncer primario se origina en el hígado, mientras que el cáncer metastásico (secundario) de hígado se ha diseminado al hígado desde un cáncer que se inició en otra parte del cuerpo. Para obtener información sobre los estadios del cáncer secundario de hígado, lea sobre el tipo de cáncer primario, ya que hay diferentes descripciones de los estadios para los diferentes tipos de cáncer. Por ejemplo, el linfoma que se ha diseminado al hígado se sigue estadificando como linfoma.

La determinación del estadio es una manera de describir dónde está ubicado el cáncer, si se ha diseminado y hacia dónde, y si está afectando otras partes del cuerpo. Los médicos utilizan pruebas de diagnóstico para determinar el estadio del cáncer, de manera que la estadificación no se establece hasta que se hayan realizado todas las pruebas. Conocer el estadio ayuda al médico a decidir qué tipo de tratamiento es mejor y puede ayudar a predecir el pronóstico de un paciente, que es la probabilidad de recuperación.

En el caso del cáncer de hígado, la información sobre la estadificación que aparece a continuación es específicamente para el HCC, en función de si un tumor puede extirparse quirúrgicamente. Cuando la cirugía no es una opción, el médico usará factores adicionales, como la función hepática general, para determinar el plan de tratamiento y predecir un pronóstico.

Localizado extirpable

El cáncer está en solo un lugar del hígado y el resto del hígado está sano. El cáncer es extirpable, lo que significa que se puede extirpar con cirugía.

Localizado no extirpable

El cáncer se encuentra en solo una parte del hígado pero no se lo puede extirpar con cirugía. Esto hace que el tumor sea “no extirpable”. Un tumor más pequeño no siempre se puede extirpar con cirugía debido a que el hígado está gravemente dañado, generalmente con cirrosis, y no quedaría hígado suficiente después de la operación para mantener sana a una persona.

Avanzado

El cáncer se ha diseminado por todo el hígado y/o a otras partes del cuerpo, como los pulmones y los huesos.

Recurrente

Cáncer recurrente es aquel que ha vuelto a aparecer después del tratamiento. Si se produce una recurrencia, es posible que sea necesario volver a estadificar el cáncer (denominado reestadificación) mediante el uso del sistema mencionado anteriormente.

A fin de describir el estadio con mayor detalle, a veces, los médicos usan el sistema de tumor, ganglios y metástasis (tumor, node, metastases, TNM), que se describe a continuación. TNM es la abreviatura en inglés de tumor (T), ganglio (N) y metástasis (M). Los médicos tienen en cuenta estos tres factores para determinar el estadio del cáncer:

  • ¿Qué tamaño tiene el tumor primario y dónde está ubicado? (Tumor, T)
  • ¿El tumor se ha diseminado a los ganglios linfáticos? (Ganglio, N)
  • ¿El cáncer se ha metastatizado hacia otras partes del cuerpo? (Metástasis, M)

Los resultados se combinan para determinar el estadio del cáncer de cada persona. Existen cuatro estadios: estadios I a IV (uno a cuatro). El estadio es una forma frecuente de describir el cáncer, de manera que los médicos puedan planificar en forma conjunta los mejores tratamientos.

Este sistema de determinación de estadios es más útil para los pacientes cuyo tumor puede extirparse quirúrgicamente. Aquí le mostramos más detalles sobre cada parte del sistema de TNM para el cáncer de hígado.

Tumor

Mediante el sistema TNM, se utiliza la “T” más una letra o número (0 a 4) para describir el tamaño y la ubicación del tumor. Algunos estadios se dividen en grupos más pequeños que permiten describir el tumor aun con más detalle. Si hay más de un tumor, la letra minúscula “m” (múltiple) se agrega a la categoría “T”. A continuación, se incluye información sobre los estadios específicos del tumor del HCC.

TX: No se puede evaluar el tumor primario.

T0: No hay evidencia de tumor primario.

T1: El tumor mide 2 centímetros (cm) o menos. No compromete los vasos sanguíneos cercanos.

T2: Cualquiera de estas condiciones:

  • Cualquier tumor que compromete los vasos sanguíneos cercanos.
  • Más de un tumor, pero ninguno de más de 5 cm.

T3a: Hay más de un tumor y al menos uno mide más de 5 cm.

T3b: El tumor (cualquiera sea su tamaño) compromete las venas principales alrededor del hígado.

T4: Cualquiera de estas condiciones:

  • El tumor se ha diseminado a los órganos cercanos al hígado (excepto la vesícula biliar).
  • El tumor ha penetrado en el peritoneo visceral (capa de tejido que recubre internamente el abdomen).

Ganglio

La “N” en la abreviatura del sistema de determinación de estadios TNM corresponde a los ganglios linfáticos, unos órganos minúsculos con forma de poroto que ayudan a combatir las infecciones. Los ganglios linfáticos que se encuentran cerca del hígado se llaman ganglios linfáticos regionales. Los ganglios linfáticos ubicados en otras partes del cuerpo se denominan ganglios linfáticos distantes.

NX: No se pueden evaluar los ganglios linfáticos regionales.

N0: El cáncer no se ha diseminado a los ganglios linfáticos regionales.

N1: El cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos regionales.

Metástasis a distancia: La “M” del sistema TNM indica si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo.

MX: No se puede evaluar el tumor.

M0: El cáncer no se ha diseminado a otras partes del cuerpo.

M1: El tumor se ha diseminado a otras partes del cuerpo.

Agrupación de los estadios del cáncer

Los médicos asignan el estadio del HCC combinando las clasificaciones T, N y M.

Estadio I: Es el estadio más temprano del HCC. El tumor no se ha diseminado a los vasos sanguíneos, los ganglios linfáticos ni otras partes del cuerpo (T1, N0, M0).

Estadio II: El tumor compromete los vasos sanguíneos cercanos, pero no se ha diseminado a los ganglios linfáticos regionales ni a otras partes del cuerpo (T2, N0, M0).

Estadio IIIA: El cáncer no se ha diseminado más allá del hígado, pero el área del cáncer es más grande que en el estadio I o II (T3a, N0, M0).

Estadio IIIB: El cáncer compromete una vena principal alrededor del hígado, pero no se ha diseminado a los ganglios linfáticos ni a otras partes del cuerpo (T3b, N0, M0).

Estadio IIIC: Cualquier tumor que se haya diseminado a los órganos cercanos al hígado (excepto la vesícula biliar), o el tumor ha penetrado en el peritoneo visceral. No se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos ni a otras partes del cuerpo (T4, N0, M0).

Estadio IVA: Cualquier tumor que se ha diseminado a los ganglios linfáticos regionales, pero no a otras partes del cuerpo (cualquier T, N1, M0).

Estadio IVB:Cualquier tumor que se ha diseminado a otras partes del cuerpo (cualquier T, cualquier N, M1).

El esquema del sistema TNM se utiliza con autorización de la Comisión Conjunta Americana para el Cáncer (American Joint Committee on Cancer, AJCC), Chicago, Illinois. La fuente original de este material es el AJCC Cancer Staging Manual, séptima edición (2010) publicado por Springer-Verlag New York.

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Opciones de tratamiento

Esta sección describe los tratamientos que son el estándar de atención (los mejores tratamientos comprobados disponibles) para el HCC. Al tomar decisiones relacionadas con el plan de tratamiento, también se aconseja a los pacientes que consideren la opción de participar en estudios clínicos. Un estudio clínico es un estudio de investigación para probar un nuevo enfoque al tratamiento, a fin de evaluar si este es seguro, eficaz y posiblemente mejor que el tratamiento estándar. Los estudios clínicos pueden probar dichos enfoques, como en el caso de un nuevo fármaco, una combinación nueva de tratamientos estándar o nuevas dosis de tratamientos actuales. Su médico puede ayudarlo a revisar todas las opciones de tratamiento.

Panorama general del tratamiento

En la atención para tratar el cáncer, a menudo trabajan juntos distintos tipos de médicos para crear un plan de tratamiento integral del paciente que combine distintos tipos de tratamientos. Esto se denomina equipo multidisciplinario.

Las opciones y recomendaciones de tratamiento dependen de varios factores:

  • Si el cáncer se encuentra solamente en el hígado.
  • Si el cáncer está solo en el área donde se inició o si se ha diseminado ampliamente por todo el hígado.
  • Las preferencias del paciente y su estado de salud general.
  • El daño en el área restante del hígado sin cáncer.

Cuando un tumor se detecta en un estadio temprano y el hígado del paciente funciona bien, el objetivo del tratamiento es tratar de eliminar el cáncer exitosamente. Su plan de atención también puede incluir tratamiento para síntomas y efectos secundarios, una parte importante de la atención para el cáncer. Cuando el cáncer de hígado se detecta en un estadio más avanzado o el hígado del paciente no funciona correctamente, el paciente y el médico deben hablar sobre los objetivos de cada recomendación de tratamiento. En este punto, los objetivos del tratamiento pueden focalizarse en retardar el crecimiento del cáncer y aliviar los síntomas, a fin de mejorar la calidad de vida.

Las diversas opciones de tratamiento dirigido a la enfermedad pueden agruparse según si pueden eliminar por completo el cáncer o si su principal objetivo es prolongar la supervivencia del paciente, pero lo más probable es que no eliminen el cáncer. El primer grupo de tratamientos incluye trasplante, cirugía, ablación térmica e inyecciones percutáneas de alcohol. Por lo general, estos tratamientos se recomiendan cuando el tumor se ha detectado en un estadio temprano. Muchos médicos no usarán estos tratamientos si el tumor es mide más de 5 cm.

A continuación se describen las opciones de tratamiento más frecuentes, tanto de las opciones de tratamientos dirigidos a la enfermedad, como aquellas que tienen como objetivo el manejo de los efectos secundarios y síntomas. Tómese el tiempo para conocer sus opciones de tratamiento y asegúrese de hacer preguntas si tiene dudas sobre cosas que no están claras. Además, hable acerca de los objetivos de cada tratamiento con su médico y lo que puede esperar mientras recibe el tratamiento.

Tratamientos dirigidos a la enfermedad cuyo objetivo es eliminar el HCC

Cirugía

La cirugía es la extirpación del tumor y del tejido circundante durante una operación. Es probable que este sea el tratamiento dirigido a la enfermedad más satisfactorio, particularmente para pacientes con tumores pequeños (que midan menos de 5 cm). Un cirujano oncólogo es un médico que se especializa en el tratamiento del cáncer a través de la cirugía.

Se pueden utilizar dos tipos de cirugía para tratar el HCC: La parte del hígado donde se encuentra el cáncer se puede extirpar mediante una hepatectomía o se puede realizar un trasplante de hígado. A continuación, se describen ambos procedimientos. Sin embargo, si el tumor se ha diseminado fuera del hígado o si el paciente tiene otras enfermedades graves, quizás la cirugía no sea una opción.

Hepatectomía

Cuando se extirpa una porción del hígado, la cirugía se denomina hepatectomía parcial. La hepatectomía se puede realizar únicamente si el cáncer se encuentra en una parte del hígado y si el hígado funciona bien. La sección restante del hígado asume las funciones de todo el hígado y puede volver a crecer hasta su tamaño normal al cabo de unas pocas semanas. La hepatectomía puede no ser factible si el paciente tiene cirrosis avanzada, aunque el tumor sea pequeño.

Los efectos secundarios de una hepatectomía pueden incluir dolor, debilidad y fatiga, así como insuficiencia hepática temporaria. El equipo de atención médica observará la aparición de signos de sangrado, infección, insuficiencia hepática u otros problemas que requieran tratamiento inmediato.

Trasplante de hígado

En ocasiones, se puede realizar un trasplante de hígado. Este procedimiento es posible solo cuando el cáncer no se ha diseminado fuera del hígado, se encuentra el donante adecuado y se cumplen criterios muy específicos.

Después de un trasplante, se observará al paciente cuidadosamente para detectar signos de que el cuerpo podría estar rechazando el nuevo hígado o de que el tumor ha reaparecido. El paciente debe tomar medicamentos para prevenir el rechazo, y los fármacos pueden provocar efectos secundarios, como hinchazón de la cara, hipertensión o aumento del vello corporal.

El trasplante de hígado es un tratamiento particularmente eficaz para las personas con un tumor pequeño, ya que este procedimiento permite extirpar el tumor y el hígado dañado. Sin embargo, son pocos los donantes, y es posible que las personas a la espera de un trasplante de hígado deban aguardar mucho tiempo antes de que haya un órgano a su disposición. Durante este período de tiempo, la enfermedad puede empeorar. El centro de trasplante le indicará el tiempo de espera aproximado y las reglas que se aplican para determinar la prioridad de las personas en lista de espera.

Ablación térmica

La ablación por radiofrecuencia (radiofrequency ablation, RFA) y la terapia con microondas utilizan calor para destruir las células cancerosas. Se puede administrar a través de la piel, por laparoscopia o durante una cirugía mientras el paciente está bajo sedantes.

Inyección percutánea de etanol

La inyección percutánea de etanol utiliza alcohol que se inyecta directamente en el tumor hepático para destruirlo. Los efectos secundarios incluyen fiebre y dolor después del procedimiento, pero este, por lo general, es muy sencillo, seguro y particularmente eficaz en los tumores que midan menos de 3 cm. Sin embargo, si el alcohol sale del hígado, la persona podría tener un dolor breve pero intenso. Esta opción actualmente se usa con menos frecuencia y se ha reemplazado en gran medida por la ablación por radiofrecuencia (consulte más arriba).

Tratamientos dirigidos a la enfermedad cuyo objetivo es mejorar la supervivencia

Si el médico determina que el cáncer no se puede eliminar con una de las opciones de tratamiento mencionadas anteriormente, es posible que recomiende uno de los siguientes tratamientos para reducir el tumor y/o retardar el crecimiento del tumor. Si bien es más probable que estos tratamientos no eliminen el cáncer por completo, se ha demostrado que mejoran la supervivencia.

Quimioembolización

Es un tipo de tratamiento de quimioterapia, en el que se inyectan fármacos en la arteria hepática (similar a la infusión arterial hepática, consulte más abajo) y, luego, se bloquea el flujo de sangre de la arteria durante un breve período para que la quimioterapia permanezca en el tumor por un tiempo más prolongado. El bloqueo de la irrigación sanguínea al tumor también mata las células cancerosas. Dos estudios clínicos han proporcionado pruebas de que este tratamiento puede aumentar la supervivencia en algunos pacientes. Además de su uso como tratamiento primario para el HCC, la quimioembolización se puede utilizar para ralentizar el crecimiento del tumor en las personas en lista de espera para un trasplante de hígado.

Radioterapia

La radioterapia es el uso de radiografías u otras partículas con alta potencia para eliminar las células cancerosas. El médico que se especializa en administrar radioterapia para tratar el cáncer se denomina radioncólogo. Por lo general, un régimen (plan) de radioterapia consiste en una cantidad específica de tratamientos que se administran en un plazo determinado. La radioterapia de haz externo es radiación administrada desde una máquina fuera del cuerpo. La radioterapia con haz externo no se usa a menudo para los casos de HCC. Sin embargo, la radioterapia interna, que implica la colocación de cuentas radiactivas dentro de la arteria que irriga sangre al tumor de manera similar a la quimioembolización, se está usando cada vez más en los Estados Unidos (consulte más arriba).

Según el tipo de radioterapia que se use, su médico le explicará las formas para ayudar a proteger los demás órganos de la radiación durante el tratamiento y los efectos secundarios que se pueden esperar. Los efectos secundarios generales de la radioterapia pueden incluir fatiga, reacciones leves en la piel, malestar estomacal y deposiciones líquidas. La mayoría de los efectos secundarios desaparece poco tiempo después de finalizado el tratamiento. En el caso de la radioterapia interna, los efectos secundarios pueden incluir daño al estómago y los pulmones. Sin embargo, estos efectos secundarios generalmente se pueden evitar con medidas preventivas previas al tratamiento.

Terapia dirigida

La terapia dirigida es un tratamiento que actúa sobre los genes y las proteínas específicas del cáncer o las condiciones del tejido que contribuyen a la proliferación y supervivencia del cáncer. Este tipo de tratamiento bloquea el crecimiento y la diseminación de las células cancerosas y, a la vez, limita el daño a las células sanas.

Estudios recientes demuestran que no todos los tumores tienen los mismos blancos. Para determinar cuál es el tratamiento más eficaz, su médico puede realizar estudios para identificar los genes, las proteínas y otros factores en su tumor. Como resultado, los médicos pueden encontrar el tratamiento más eficaz que mejor se adapte a cada paciente, siempre que sea posible. Además, se están realizando muchos estudios de investigación para obtener más información sobre objetivos moleculares específicos y tratamientos nuevos dirigidos a ellos.

Para el HCC, los fármacos antiangiogénicos son la terapia dirigida más frecuente. La terapia antiangiogénica se centra en detener la angiogénesis, que es el proceso de formación de vasos sanguíneos nuevos. Dado que un tumor necesita los nutrientes transportados por los vasos sanguíneos para crecer y diseminarse, el objetivo de las terapias antiangiogénicas es “matar de hambre” al tumor. Esta es una de las formas en las que se cree que actúa el sorafenib (Nexavar). El sorafenib es uno de los tratamientos para el HCC avanzado que no puede extirparse por completo con cirugía. Se administra por vía oral (por la boca). Hable con su médico acerca de los posibles efectos secundarios de un medicamento específico y cómo se pueden manejar. Los efectos secundarios del sorafenib incluyen diarrea y ciertos problemas cutáneos.

Otras opciones de tratamiento

Quimioterapia

La quimioterapia es el uso de fármacos para destruir las células cancerosas, generalmente al inhibir su capacidad para proliferar y dividirse. La quimioterapia es administrada por un oncólogo clínico, un médico que se especializa en el tratamiento del cáncer con medicamentos. Un régimen de quimioterapia normalmente consiste en una cantidad específica de ciclos que se administran en un plazo de tiempo determinado. Un paciente puede recibir un medicamento por vez o combinaciones de fármacos al mismo tiempo. La quimioterapia para el HCC se puede administrar de las dos maneras que se describen a continuación:

  • Tratamiento de quimioterapia sistémica: La quimioterapia sistémica se administra a través del torrente sanguíneo para que alcance las células cancerosas de todo el cuerpo. La quimioterapia sistémica se administra generalmente a través de un tubo que se coloca por vía intravenosa (IV) y por medio de una aguja que se inyecta en una vena, pero también puede ser administrada mediante un comprimido o una cápsula que se traga (por vía oral).
  • Tratamiento de quimioterapia regional. Se coloca quirúrgicamente una pequeña bomba en el cuerpo para administrar la quimioterapia directamente en los vasos sanguíneos que irrigan el tumor.

Actualmente, la quimioterapia se usa cada vez menos para tratar el HCC. Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen de la persona y la dosis utilizada, pero pueden incluir náuseas y vómitos, caída del cabello, pérdida del apetito, diarrea, fatiga, recuentos sanguíneos bajos, sangrado o hematomas después de cortes o lesiones menores, entumecimiento y cosquilleo en las manos o los pies, dolores de cabeza, así como oscurecimiento de la piel y las uñas. Estos efectos secundarios, por lo general, suelen desaparecer una vez finalizado el tratamiento.

Los medicamentos utilizados para tratar el cáncer se evalúan constantemente. A menudo, hablar con su médico es la mejor forma de obtener información sobre los medicamentos que le recetaron, su finalidad y los posibles efectos secundarios o las interacciones con otros medicamentos.

Criocirugía

Este tratamiento utiliza frío extremo para congelar y matar las células cancerosas.

Infusión arterial hepática

La infusión arterial hepática utiliza un medicamento contra el cáncer que se inyecta en un catéter colocado en la arteria más importante que irriga el hígado. Este tratamiento es un tipo de quimioterapia, pero no tiene tantos efectos secundarios.

Inmunoterapia

La inmunoterapia, también llamada terapia biológica, está diseñada para estimular las defensas naturales del cuerpo para combatir el cáncer. Utiliza materiales producidos por el cuerpo o fabricados en un laboratorio para mejorar, identificar o restaurar la función del sistema inmunitario. Los efectos secundarios de la terapia biológica son similares a los de la gripe, e incluyen fatiga, fiebre, escalofríos, dolor muscular y dolor de cabeza.

Además de las opciones de tratamiento antes descritas, el médico puede sugerir que el paciente se inscriba en un estudio clínico, que es un estudio de investigación que evalúa tratamientos nuevos.

Cómo obtener atención de los síntomas y efectos secundarios

A menudo, el cáncer y su tratamiento causan efectos secundarios. Además del tratamiento para retardar, detener o eliminar el cáncer, un aspecto importante de la atención para tratar el cáncer es aliviar los síntomas y los efectos secundarios de la persona. Este método se denomina cuidados paliativos o atención de apoyo e incluye brindar apoyo al paciente con sus necesidades físicas, emocionales y sociales.

Los cuidados paliativos pueden ayudar a una persona en cualquier estadio de la enfermedad. A menudo, las personas reciben tratamiento contra el cáncer y tratamiento para aliviar los efectos secundarios al mismo tiempo. De hecho, los pacientes que reciben ambos tratamientos, a menudo, tienen síntomas menos graves, mejor calidad de vida e informan que están más satisfechos con el tratamiento.

Los tratamientos paliativos son muy variados y a menudo incluyen medicamentos, cambios alimenticios, técnicas de relajación y otras terapias. Usted también puede recibir tratamientos paliativos similares a los utilizados para eliminar el cáncer, como quimioterapia, cirugía y radioterapia. Hable con su médico acerca de los objetivos de cada tratamiento en su plan de tratamiento.

Antes de comenzar el tratamiento, hable con su equipo de atención médica sobre los posibles efectos secundarios de su plan de tratamiento específico y las opciones de atención de apoyo. Asimismo, durante y después del tratamiento, asegúrese de informar a su médico o a otro miembro del equipo de atención médica si usted está teniendo un problema, de modo que pueda abordarse tan pronto como sea posible.

HCC metastásico

Si el cáncer se ha diseminado a otros lugares del cuerpo, se denomina cáncer metastásico. Se aconseja a las personas con este diagnóstico que hablen con médicos experimentados en el tratamiento de este estadio del cáncer, dado que puede haber diferentes opiniones respecto del mejor plan de tratamiento. Obtenga más información sobre la búsqueda de una segunda opinión antes de comenzar el tratamiento, a fin de estar tranquilo con el plan de tratamiento elegido. Este análisis puede incluir los estudios clínicos que evalúen nuevos tratamientos.

Su equipo de atención médica puede recomendar un plan de tratamiento que incluya una combinación de quimioterapia (incluido el sorafenib; consulte la sección Terapia dirigida más arriba), radioterapia y/u otras opciones. En este estadio, el objetivo del tratamiento no es habitualmente curar el cáncer sino retardar su crecimiento. La atención de apoyo también será importante para ayudar a aliviar los síntomas y los efectos secundarios.

Para la mayoría de las pacientes, recibir un diagnóstico de cáncer metastásico es muy estresante y, a veces, difícil de sobrellevar. Se aconseja a los pacientes y a sus familias que hablen acerca de cómo se están sintiendo con médicos, personal de enfermería, trabajadores sociales u otros miembros del equipo de atención médica. También puede ser útil hablar con otros pacientes, incluso a través de un grupo de apoyo.

Remisión y la posibilidad de recurrencia

Una remisión sucede cuando el cáncer no puede detectarse en el cuerpo y no hay síntomas. Esto también puede denominarse “sin evidencia de enfermedad” (no evidence of disease, NED).

Una remisión puede ser temporal o permanente. Esta incertidumbre hace que muchos supervivientes se sientan preocupados o ansiosos con respecto a la reaparición del cáncer. Aunque muchas remisiones son permanentes, es importante hablar con su médico sobre la posibilidad de que el cáncer regrese. Comprender el riesgo de recurrencia y las opciones de tratamiento puede ayudar a que usted se sienta más preparado si, en efecto, el cáncer regresa.

Si el cáncer regresa después del tratamiento original, recibe el nombre de cáncer recurrente. Puede reaparecer en el mismo lugar (recurrencia local), en las cercanías (recurrencia regional) o en otro lugar (recurrencia distante).

Si esto ocurre, comenzará nuevamente un ciclo de pruebas para obtener la mayor cantidad de información posible sobre la recurrencia, incluso para saber si el estadio del cáncer ha cambiado. Después de realizadas las pruebas, usted y su médico hablarán sobre las opciones de tratamiento. A menudo, el plan de tratamiento incluirá las terapias descritas anteriormente, como cirugía, quimioterapia y radioterapia, pero quizás se combinen de un modo diferente o se administren con una frecuencia diferente. Su médico también puede sugerir estudios clínicos que estén evaluando métodos nuevos para tratar este tipo de cáncer recurrente.

Las personas con cáncer recurrente a menudo sienten emociones, tales como incredulidad o temor. Se aconseja a los pacientes que hablen con su equipo de atención médica respecto de estos sentimientos y que consulten acerca de servicios de apoyo que los ayuden a sobrellevar la situación.

Si el tratamiento falla

Recuperarse del cáncer no siempre es posible. Si el tratamiento no es exitoso, la enfermedad puede denominarse cáncer avanzado o terminal.

Para muchas personas, este diagnóstico es estresante y es difícil hablar al respecto. Sin embargo, es importante que mantenga conversaciones abiertas y sinceras con su médico y el equipo de atención médica a fin de expresar sus sentimientos, preferencias e inquietudes. La función del equipo de atención médica es ayudar, y muchos de sus integrantes tienen habilidades, experiencia y conocimientos especiales para brindar apoyo a los pacientes y sus familiares. Asegurarse de que una persona esté físicamente cómoda y que no sienta dolor es extremadamente importante.

Los pacientes con cáncer avanzado y con una expectativa de vida inferior a los seis meses pueden considerar un tipo de atención paliativa llamada atención para enfermos terminales. Este tipo de cuidados está pensado para proporcionar la mejor calidad de vida posible para las personas que están cerca de la etapa final de la vida. Se aconseja que usted y su familia piensen dónde estaría más cómodo: en el hogar, en el hospital o en un centro para enfermos terminales. El cuidado de enfermería y los equipos especiales pueden hacer que permanecer en el hogar sea una alternativa factible para muchas familias.

Después de la muerte de un ser querido, muchas personas necesitan apoyo para sobrellevar la pérdida.

Últimas investigaciones

Los médicos están trabajando para obtener más información sobre el HCC, las maneras de prevenirlo, cuál es el mejor tratamiento y cómo brindar los mejores cuidados a las personas a las que se les diagnosticó esta enfermedad. Las siguientes áreas de investigación pueden incluir nuevas opciones para los pacientes a través de estudios clínicos. Hable siempre con su médico sobre las mejores opciones de diagnóstico y tratamiento para su caso.

Vacunas contra el cáncer

Estos son tratamientos que pueden ayudar a que el sistema inmunitario del paciente reconozca y ataque las células del HCC. A veces la vacuna se administra con un estimulante del sistema inmunitario, como la sargramostima (Leukine, Prokine).

Quimioterapia combinada

Diferentes medicamentos destruyen las células cancerosas de distintas maneras. Usar una combinación de fármacos puede aumentar las probabilidades de que se maten más células cancerosas; muchas veces, un fármaco ayudará a que el otro fármaco actúe mejor.

Combinación de tratamientos

Los investigadores están estudiando si la combinación de tratamientos, como RFA y quimioembolización, es más eficaz que estos tratamientos por separado.

Fármacos antiangiogénicos

Además del sorafenib se están evaluando algunos otros agentes antiangiogénicos en estudios clínicos.

Mayor uso del trasplante de hígado

La posibilidad de ampliar los criterios para el trasplante de hígado se encuentra bajo investigación para el HCC, lo que tendría como resultado una mayor cantidad de pacientes elegibles para el procedimiento.

Terapia genética

Este nuevo tratamiento cambia un gen para combatir el cáncer. Si bien la terapia genética se encuentra en las primeras etapas de desarrollo, ya se están realizando algunos estudios clínicos. En un ejemplo, el nuevo gen hace que la quimioterapia sea más eficaz. En este tipo de tratamiento, el gen se puede inyectar directamente en el tumor. Posteriormente, el médico administra al paciente el medicamento inactivo, y este nuevo gen ayuda a activar el medicamento en el tumor. Estos tratamientos y el sorafenib de la terapia dirigida se están evaluando en combinación con otros tratamientos enumerados anteriormente.

Cuidados de apoyo

Se están realizando estudios clínicos para encontrar mejores métodos para reducir los síntomas y los efectos secundarios de los tratamientos actuales para el HCC, a fin de mejorar el bienestar y la calidad de vida de los pacientes.

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Todo el contenido de Cancer.Net™ ha sido elaborado por Cancer.Net Editorial Board y proporcionado a ALIADA bajo licencia de ASCO como una herramienta de educación para el paciente. ALIADA no ha participado en el desarrollo de este contenido. La información incluida y brindada por ASCO no representa una opinión médica ni pretende sustituirla, así como tampoco respalda ningún producto, servicio o empresa. ASCO considera que las decisiones sobre tratamiento deben acordarse entre pacientes y doctores. Los avances en diagnóstico, tratamiento y prevención son constantes. Para más información, visite Cancer.Net (www.cancer.net).

Después del tratamiento

Después de finalizado el tratamiento para el HCC, hable con su médico sobre la posibilidad de desarrollar un plan de cuidados de seguimiento. Este plan incluirá exámenes físicos periódicos, pruebas por imágenes (como un ultrasonido) y análisis de sangre, a fin de monitorear su recuperación durante los próximos meses y años.

Es importante brindar cuidados de seguimiento cercanos, independientemente del tipo de tratamiento que se haya utilizado. Los cuidados de seguimiento no solo miden la eficacia del tratamiento, sino que además permiten la detección temprana de cualquier recurrencia. Esto es particularmente importante debido a que siempre existe el riesgo de que el tumor reaparezca después del tratamiento o de que se desarrolle otro tumor. Se están realizando investigaciones para encontrar formas de prevenir los tumores malignos secundarios y el HCC recurrente, pero en este momento no existe un método de prevención estándar.

Se aconseja a las personas en recuperación del HCC que sigan las pautas establecidas para una buena salud, como mantener un peso saludable, no fumar, tener una alimentación equilibrada y realizarse las pruebas de detección de cáncer recomendadas. Hable con su médico a fin de elaborar el plan que mejor se adapte a sus necesidades. El ejercicio moderado puede ayudarle a recobrar sus fuerzas y su energía. Su médico puede ayudarlo a diseñar un plan de ejercicios adecuado en función de sus necesidades, sus aptitudes físicas y su estado físico.

Cómo sobrellevar los efectos secundarios

El temor a los efectos secundarios del tratamiento es frecuente después de un diagnóstico de cáncer, pero puede ayudar saber que la prevención y el control de los efectos secundarios es uno de los principales objetivos de su equipo de atención médica. Esto se denomina cuidados paliativos o atención de apoyo y es una parte importante del plan de tratamiento integral, independientemente del estadio de la enfermedad.

Los efectos secundarios frecuentes de cada opción de tratamiento para el HCC se describen en detalle en la sección Tratamiento. Los efectos secundarios dependen de diversos factores, incluidos el estadio del cáncer, la duración y la dosis del (de los) tratamiento(s), y su estado de salud general.

Antes de comenzar un tratamiento, hable con su médico sobre los posibles efectos secundarios de cada tipo de tratamiento que recibirá. Pregunte qué efectos secundarios es más probable que se manifiesten, cuándo es probable que ocurran y qué se puede hacer para evitarlos o aliviarlos. Asimismo, pregunte el nivel de cuidado que usted puede necesitar durante el tratamiento y la recuperación, dado que los familiares y los amigos a menudo desempeñan una función importante en el cuidado de una persona con HCC.

Además de los efectos secundarios físicos, es posible que también se produzcan efectos emocionales y sociales. Se aconseja a los pacientes y sus familiares que compartan sus sentimientos con un miembro del equipo de atención médica, quien puede ayudar con las estrategias para sobrellevar el cáncer, incluidas las inquietudes sobre el manejo de los costos de la atención del cáncer.

Durante el tratamiento y después de este, asegúrese de informarle al equipo de atención médica los efectos secundarios que experimente, aun si considera que no son graves. A veces, los efectos secundarios pueden durar más allá del período de tratamiento, lo que se denomina efecto secundario a largo plazo. Un efecto secundario que sucede meses o años después del tratamiento se denomina efecto tardío. El tratamiento de ambos tipos de efectos es un aspecto importante de la atención de supervivencia.

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Factores de riesgo y prevención

Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta la probabilidad de que una persona desarrolle cáncer. Si bien, a menudo, los factores de riesgo influyen en el desarrollo del cáncer, la mayoría no provoca cáncer de forma directa. Algunas personas que tienen varios factores de riesgo nunca desarrollan cáncer, mientras que sí lo desarrollan otras personas sin factores de riesgo conocidos. Sin embargo, el hecho de conocer sus factores de riesgo y hablar con su médico al respecto puede ayudarle a tomar decisiones más informadas sobre el estilo de vida y la atención médica.

Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de una persona de desarrollar carcinoma hepatocelular (HCC). En los Estados Unidos, los riesgos principales son cirrosis hepática y enfermedad del hígado graso no alcohólico (non-alcoholic fatty liver disease, NAFLD).

Hepatitis viral

Los virus de la hepatitis son aquellos que infectan el hígado. Dos tipos frecuentes son la hepatitis B y la hepatitis C. La infección crónica de hígado por el virus de la hepatitis B o la hepatitis C está asociada con menos de la mitad de los tipos de cáncer de hígado diagnosticados en los Estados Unidos; sin embargo, la hepatitis viral es el factor de riesgo más grande para este tipo de cáncer en todo el mundo. Si bien las personas que presentan el virus de la hepatitis B tienen un riesgo hasta 100 veces mayor de desarrollar HCC, por lo general, el HCC se desarrolla varias décadas después del inicio de dicha infección.

La hepatitis viral se puede transmitir de una persona a otra a través de la exposición a la sangre o los fluidos corporales de otra persona a través de lesiones, por compartir agujas durante el consumo de drogas o por mantener contacto sexual. En el caso de la hepatitis B, el feto o el bebé pueden contraer el virus si la madre lo tiene, aunque esto puede evitarse vacunando al bebé. Si usted desarrolla hepatitis aguda B o C y luego “elimina el virus”, no tiene un riesgo más elevado de desarrollar cáncer de hígado. Solo las personas que no eliminan el virus, conocidas como “portadoras” corren un riesgo mayor. Su médico podrá realizar análisis de sangre que indiquen si usted ha eliminado el virus.

Cirrosis

La cirrosis hepática se desarrolla cuando las células del hígado se dañan y son reemplazadas por tejido cicatricial. En los Estados Unidos, la mayoría de los casos de cirrosis es consecuencia del consumo excesivo de alcohol. Otras causas son la hepatitis viral (tipos B y C, como ya se mencionó), el exceso de hierro en el hígado debido a una enfermedad denominada hemocromatosis así como otros tipos de enfermedad crónica del hígado poco frecuentes.

Obesidad, enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) y diabetes

La obesidad provoca que la grasa se deposite en el hígado, lo que produce una afección conocida como NAFLD. En la última década, ha surgido evidencia contundente que sugiere que la NAFLD y la diabetes, un trastorno relacionado, son factores de riesgo cada vez más importantes del HCC en los Estados Unidos.

Edad

En los Estados Unidos, el cáncer primario de hígado en adultos ocurre con mayor frecuencia en las personas mayores de 60 años.

Sexo

Los hombres son más propensos a desarrollar este tipo de cáncer que las mujeres.

Factores ambientales

Algunos factores ambientales pueden incrementar el riesgo de desarrollar cáncer de hígado, por ejemplo, la exposición a ciertas sustancias químicas o el consumo de alimentos contaminados con aflatoxina, una toxina producida por un moho que puede crecer en los frutos secos y los cereales almacenados. En los Estados Unidos, hay menos riesgo de que esto suceda.

Los factores de riesgo son acumulativos, es decir que tener más de un factor de riesgo aumenta aún más el riesgo. Por ejemplo, una persona que es portadora del virus de la hepatitis B y C tiene un riesgo más alto que una persona que es portadora de un solo tipo del virus.

Prevención y detección temprana

La investigación continúa buscando factores que causan el cáncer de hígado y lo que las personas pueden hacer para reducir su riesgo personal. No existe una forma comprobada de prevenir por completo la enfermedad, pero puede haber medidas que se pueden tomar para reducir su riesgo de cáncer. Hable con su médico si le preocupa su riesgo personal de desarrollar este tipo de cáncer.

En los Estados Unidos, el HCC, por lo general, se puede evitar con la prevención de la hepatitis viral y la cirrosis. Una vacuna puede proteger a las personas sanas contra la hepatitis B. De hecho, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU. recomiendan que todos los niños reciban esta vacuna. No existe una vacuna contra la hepatitis C, que está asociada con más frecuencia con el abuso actual o pasado de drogas intravenosas (IV). Los bancos de sangre de los Estados Unidos controlan la sangre donada para asegurarse de que no se utilice sangre infectada con los virus de la hepatitis.

La cirrosis se puede evitar no consumiendo alcohol en exceso y previniendo la hepatitis viral. La mayoría de los países industrializados tienen reglamentaciones para proteger a las personas de las sustancias químicas que causan cáncer. En los Estados Unidos, dichas reglamentaciones prácticamente han eliminado estas sustancias químicas como causa del HCC.

Cada vez hay más evidencia de que determinados medicamentos pueden controlar la infección crónica por hepatitis B o C y, por lo tanto, reducir la inflamación (hinchazón) que estos virus causan en el hígado. En los últimos años, se han producido avances importantes en lo que respecta a tratamientos antivíricos, particularmente para la infección crónica provocada por el virus de la hepatitis C. Es probable que esto tenga un impacto positivo importante en la prevención del cáncer de hígado, especialmente si se los administra antes de presentar cirrosis. Para obtener información sobre estos tipos de tratamientos, es importante hablar con un hepatólogo, un médico que se especializa en las enfermedades del hígado.

Debido a que la NAFLD vinculada a la obesidad se está convirtiendo en un factor de riesgo cada vez más importante para el HCC, también se recomienda a las personas que sigan las pautas establecidas para una buena salud, como mantener un peso saludable, tener una alimentación equilibrada y participar en actividades físicas moderadas. Su médico puede ayudarlo a diseñar un plan de ejercicios adecuado en función de sus necesidades, sus aptitudes físicas y su estado físico.

Si usted sabe que tiene cirrosis u otros factores de riesgo, es extremadamente importante que hable con su médico sobre si debe someterse a controles periódicos para detectar la presencia de cáncer de hígado. La detección del cáncer antes de que se hayan desarrollado síntomas aumentará la probabilidad de que un tratamiento sea exitoso. Los hepatólogos son los médicos más experimentados en los estudios de detección del cáncer primario de hígado. También se puede ver el término “vigilancia” utilizado para explicar esto, pero significa lo mismo que estudios de detección.

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